jueves, octubre 06, 2011

Cuidado con el terror

Cuando se trata de manipular a la sociedad hay muchas formas: la polarización, la mentira y una particularmente peligrosa, el terror. Porque cuando es el miedo el que se apodera de nosotros, se detonan resortes que hay que mirar con atención.

Lo vimos después de los atentados terroristas del 11 de septiempre de 2001, cuando la que se define a si misma como la sociedad más democrática del planeta, la estadounidense, permitió la invasión de su privacidad, aceptó la práctica de la tortura como una forma válida de obtener información y toleró la existencia de cárceles en el limbo jurídico como Guantánamo, todo con la promesa de vivir en un país más seguro.

Lo hemos registrado también en las sociedades que apoyan la criminalización de la migración o el establecimiento de la pena de muerte para ciertos delitos, y en general en contextos en los que se usan los temores de una sociedad para lograr la viabilidad de acciones, leyes o políticas que en condiciones de normalidad serían rechazadas. Y ese peligro ocurre hoy en nuestro país. Paradójicamente la misma amenaza está sobre nosotros aunque uno de los emisores son las autoridades y el otro el crimen organizado.

En el primer caso cuando el Presidente Calderón propone al Congreso de la Unión la aprobación de un Código Penal modelo para todo el país, que amplía por ejemplo, las facultades discrecionales del Ministerio Público. ¿De veras queremos agentes del MP que puedan decidir órdenes de captura sin la autorización de un juez?

La primera respuesta sería que no pero si somos concientes de todo lo que hemos cedido hasta ahora, no nos debería sorprender. Los retenes son pan de todos los días en buena parte del país, las Fuerzas Armadas detienen de manera cotidiana a civiles sin que estén preparados ni facultados por ley para hacer labores policiacas y aparatos de dudosa utilidad como el "detector molecular" GT200, son empleados para justificar invasivas revisiones. Todo bajo la promesa de vivir más seguros. ¿Ha funcionado o por el contrario somos más vulnerables?

Y ahora a esta misma promesa de seguridad se agregan, desde el "lado obscuro", los Matazetas y diversos actores -como en su momento el grupo de la Familia Michoacana- que ofrecen llenar nuestras calles de muertos pero con la generosa promesa de acabar con los verdaderamente malos. Y para que no haya duda de qué lado están estos nuevos justicieros, en su discurso - difundido via youtube- emplean palabras como ética y moral.
Ellos se dedican al narco pero no secuestran ni extorsionan. Y de pasó -afirman- acabarán con los malos que nos intimidan. Bueno, pues vaya oferta de paz aunque el armamento que exhiben muestra claramente que su paz es la de los sepulcros.

El riesgo es que en sociedades desesperadas como la nuestra este discurso encuentre a quien le parezca atractivo. El razonamiento es que si las autoridades no han funcionado, entonces dejemos que los malos se encarguen de los otros malos.

Es una falsa salida. Todas las experiencias muestran que esos grupos pasan siempre de redentores a victimarios y al final son la misma plaga que dicen combatir. Por eso hay que temerle al miedo. Desconfiemos de quien promete la tranquilidad detrás de un pasamontañas y no permitamos que en areas de un hipotético futuro seguro hoy vivamos un presente de mayor vulnerabilidad e incertidumbre.

www.twitter.com/mariocampos