
La segunda historia es también de llamar la atención pues podría ser el antecedente de un conflicto internacional - de entrada diplomático- de gran escala. Me refiero a la batalla por el Polo Norte, territorio que albergaría una reserva estratégica de recursos energéticos, de ahí la reciente reivindación rusa que esta semana colocó una bandera en el fondo marino. Acción que detonó reacciones de varios actores, entre ellos, del gobierno canadiense que descalificó la acción.
El tema, no hay duda, presenta muchas aristas interesantes pero en particular quiero destacar la relación entre este gesto de colonialismo y el cambio climático pues, al parecer, el resurgimiento de estas tensiones se explica por la pérdida de los glaciares, fenómeno que por un lado facilitaría la extracción de petroleo y gas, al mismo tiempo que abre la puerta para nuevas rutas comerciales en una zona hasta ahora cerrrada.
De confirmarse esta información estaríamos en presencia de una de las primeras disputas estratégicas como efecto del cambio del clima en el planeta; una más de las aristas que presenta este complejo y fascinante tema.
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