miércoles, agosto 31, 2005

Verdades al banquillo

¿Cuántas veces no repetimos ciertos dichos como si fueran verdades absolutas simplemente porque se repiten constantemente en los medios de comunicación? Sin duda, varias de esas verdades son las que siguen:
La gente está muy decepcionada del PAN y el “gobierno del Cambio”.La elección del 2006 es entre el PRI y el PRD.Andrés Manuel ya ganó.Creel no pinta. (y se iba a desplomar en las encuestas en cuanto saliera de Gobernación).
Bueno, pues esas “verdades” hoy vuelven a quedar en entredicho con la encuesta de Reforma. ¿Qué revela el estudio?
Primero, que el PAN es la primer opción –en realidad empatada con el PRI – cuando se pregunta a la gente por quién votaría para el Congreso. El dato pone en duda la tan anunciada “debacle panista”, tan frecuente en los medios como los augurios de “ruptura” en el PRI.Segundo, que Creel no se cayó. No ha crecido, pero no ha perdido puntos desde que salió del gabinete federal.Tercero. Que el PAN es el segundo lugar en preferencias en este momento.Cuarto. Que 10 puntos son remontables en una campaña. Eso no lo dice la encuesta sino el análisis de la más reciente elección del Edomex, en donde Enrique Peña arrancó 10 puntos abajo del panista Rubén Mendoza, que tres meses después fue derrotado en las urnas.
¿Esto quiere decir que el PAN va a ganar? Para nada, pero sí muestra que el PAN sigue siendo un partido competitivo. Si esto es positivo o no, depende de las preferencias de cada quién. Aquí lo importante es que seamos capaces de cuestionar esas verdades, a veces tan populares en nuestros medios.

Los medios al banquillo

Como ya les había comentado, ayer acudí al Foro sobre Periodismo de Calidad - organizado por varias instituciones, entre ellas la OEA - justamente para revisar diversos problemas de los medios, sus debates internos, la relación con las fuentes, con la ciudadanía, etc. El ejercicio resultó muy interesante pues en las mesas de trabajo lo mismo había académicos que periodistas o encargados de la comunicación social.
Ya les iré contando algunas de las preocupaciones expuestas en los diversos encuentros. Por lo pronto, quiero compartir con ustedes un texto que preparé para el encuentro y que al final no tuve que leer pues fue una dinámica distinta a la que yo esperaba. De cualquier forma, son algunas reflexiones sobre qué podemos hacer para mejorar la relación de los medios con su público. A ver qué les parecen. ¿Qué hacemos con los medios?

martes, agosto 30, 2005

Tontos o cínicos

Los diputados del PAN no tienen perdón. Saben que si se iban a Huatulco – a “discutir la agenda legislativa”- iban a terminar metidos en el mar o al menos en una alberca tomando el sol. Y eso, es foto obligada. Yo no sé si trabajan mucho o no, pero la imagen es contundente y a nadie le gusta ver a sus diputados bronceándose, en un viaje pagado con recursos públicos. Lo peor es que era totalmente predecible, así que la tontería queda descartada. ¿Y esos son los que nos quieren convencer de que son “otra cosa”? ¿Los aliados del Presidente? Nombre, con esos amigos...

lunes, agosto 29, 2005

Prioridades

Ayer, todos los diarios tuvieron acceso al mismo dato: un millón de estudiantes de secundaria en México ha consumido algún tipo de droga. Sin embargo, sólo uno, Milenio, consideró que esa era la nota más importante del día, más que los “autos chocolate”, el presupuesto del próximo año, los problemas de las vialidades del DF o el encuentro de ayer de los priistas.
Cuando veo cosas así me da la impresión de que quienes deciden qué peso se le debe dar a cada nota – editores, directivos y dueños – deberían pasar más tiempo conviviendo con la gente ordinaria, y menos con sus colegas o fuentes. Quizá así recuperarían la sensibilidad que seguro tenían cuando se iniciaron en el negocio de los medios. ¿O estoy exagerando?

viernes, agosto 26, 2005

La otra crisis del 21-S

Dijeron que en el helicóptero iba el Subsecretario Miguel Angel Yunes; luego, que no se había caído sino que había aterrizado de emergencia; minutos después, aseguraron que toda la tripulación estaba sana y salva, pues incluso se habían comunicado con los familiares de uno de los pilotos. Como después supimos, todo lo anterior resultó ser falso. No obstante, así fue la difusión del accidente en el que lamentablemente perdieron la vida altos mandos de la seguridad pública de nuestro país.

Como era previsible, la mayoría de los medios de comunicación han culpado al gobierno de la desinformación. La responsabilidad, dicen, es de las autoridades que se mantuvieron en silencio durante largas horas. Indiscutiblemente, hay algo de cierto en su dicho. Como lo ilustra hasta el más elemental de los manuales de manejo de crisis, en momentos así los medios se convierten en grandes demandantes de información, que al no ser alimentados se nutren - como los tornados - de todo lo que encuentran a su paso: filtraciones, especulaciones, o testimonios de supuestos testigos; elementos todos que terminan por generar una atmósfera caótica.

A esto se suma que en estas condiciones, basta con que un medio difunda un dato para que de inmediato sea reproducido por la radio y la televisión, que a su vez sirven de fuente para los portales de internet que luego son citados por la prensa electrónica, en una especie de circulo vicioso en el que se recicla lo mismo información dura, que simples rumores.

Es verdad que esta dinámica es casi inherente a un proceso de crisis, aunque no por ello debemos aceptarlo, porque a la ausencia de información oficial debemos sumar la falta de rigor de algunos periodistas que poco aportaron en el difícil momento por el que atravesaba el país. “El gobierno dejó solos a las víctimas”, gritaba en la radio una reportera, mientras cientos de hombres peinaban la zona para tratar de encontrarlos. “Es la respuesta del narcotráfico a las acciones del gobierno”, pontificaba otro “especialista” sin presentar la menor prueba de su sentencia. O como decía el columnista Julio Hernández López en el diario La Jornada, “a reserva de los peritajes (...) lo cierto es que la mira del narcotráfico está subiendo cada vez más”. En otras palabras, “no sé el resultado de las investigaciones pero yo ya tengo listas mis conclusiones”.

Ya sea que se trate de la acción de un grupo guerrillero, un atentado terrorista o algún tipo de desastre natural, la dinámica suele ser la misma cada vez que se presentan eventos de fuerte impacto social. Y es que es precisamente por esa naturaleza, que los medios deben ser particularmente responsables en estas coyunturas. No perdamos de vista que todas las crisis se despliegan en dos dimensiones, una que les es inherente – como el daño material o la pérdida de vidas- y otra comunicativa, que extiende los efectos a poblaciones mucho más amplias que las directamente afectadas.

Por eso es que después de la crisis del 21 de septiembre, los medios de comunicación deberían de realizar un ejercicio de autocrítica con miras a establecer y hacer públicos sus criterios de actuación ante ese tipo de escenarios, de tal forma que su público sepa con qué se puede encontrar. ¿Darán juego a las especulaciones o sólo publicarán hechos confirmados?, ¿rebelarán toda la información que llegue a sus manos o incorporarán criterios de seguridad nacional?,¿difundirán las imágenes de las víctimas o se abstendrán por respeto a ellas y a sus familiares?

Tener respuestas claras a estas y otras preguntas ya no es más una mera opción. En un mundo en el que lo caótico, lo imprevisible y lo trágico forman parte de la cotidianeidad, no debemos dejar pasar más tiempo antes de tomar a estas preguntas con la seriedad que se merecen.

jueves, agosto 25, 2005

Se vale soñar

Ayer, José Luis Machinea, Secretario Ejecutivo de la Cepal, declaró que el programa Oportunidades ''ha ayudado'' a reducir la pobreza, pero, "al igual que otros de transferencia condicionada, debería mantener los apoyos a mediano plazo". Por ello, el funcionario “confió – según la nota de La Jornada - en que el próximo gobierno lo mantenga.”
Ahora que los temas electorales dominan la agenda, ¿no valdría la pena que los medios – que tanto les gusta la polémica – interrogaran a los precandidatos priistas, perredistas y panistas, sobre su posición en torno a este programa? Críticas aparte, hay consenso en que Oportunidades – antes Progresa – es un programa efectivo para reducir la pobreza. Lo mismo pasa con el Seguro Popular. ¿No deberíamos construir un blindaje para el próximo sexenio, tal y como se está haciendo con la economía? Así de paso dotaríamos a las campañas de un poco más de contenido. ¿O de plano es mucho pedir?

Los problemas del Sub

Finalmente encontré la manera de poder publicar sólo fragmentos del texto sin aventar por delante todo el rollo. Así podré publicar las columnas de Medius operandi. Supongo que mi técnica es cachirul pero efectiva. Acá iniciamos con una columna sobre el Subcomandante Marcos. A ver qué les parece.

Los problemas del Sub.
¡Quién lo iba a pensar! Lo que no pudieron hacer la ley, la opresión del Estado, y la propaganda de la ultraderecha, lo vino a hacer la comida chatarra: arruinar la imagen del Subcomandante Marcos. Pocas veces en la historia, unos kilos demás se habían convertido un argumento en la lucha política, sin embargo así fue. Asociado inevitablemente a la vida sedentaria (e inconscientemente a la bonanza), el sobrepeso del líder guerrillero se ha convertido en su reciente kriptonita. “¡Pero qué frivolidad!”, dirán sus defensores. Cierto...a medias, porque cuando se ha construido una imagen para el mundo, resulta obligatorio su cuidado. Cosas de nuestro tiempo: Marcos y Britney Spears hermanados por el acecho de las calorías y los inoportunos camarógrafos. Leer completa

miércoles, agosto 24, 2005

"Normalidad democrática"

No cabe duda que nuestra democracia es aún muy joven, tanto, que para nuestros políticos, pero sobretodo para nuestros medios, todavía son noticia algunas declaraciones que en otro contexto deberían de presentarse como parte del paisaje – y por lo tanto no serían nota – o simplemente se deberían omitir por su obviedad. ¿De qué estoy hablando? De dos reportes publicados en la última semana. El primero en las páginas de La Jornada, en el que se destaca que “el presidente Fox se comprometió a reconocer al ganador de la contienda presidencial de 2006 sin importar el partido que gane”(como si tuviera de otra); el segundo, difundido por El Universal en el que lo notable es que el gobierno del Distrito Federal “se comprometió a no desviar recursos en favor de ningún precandidato del PRD”. (Hombre, ¡qué detallazo!).
Con la información disponible en los diarios resulta difícil saber quiénes fueron los autores de tan brillantes declaraciones, si los políticos o los reporteros, que con preguntas del tipo, “¿reconocerá al candidato que gane la elección?”(¿qué se puede contestar a eso?), terminan por generar las reveladoras notas que luego nos encontramos en los medios. Culpas aparte, lo importante es reconocer que aunque nos duela, aún estamos lejos de la “normalidad democrática” que algunos ya han celebrado como definitiva desde hace algunos años.

lunes, agosto 22, 2005

Sana distancia

Si ustedes piensan que Amlo es el principal promotor del PRD, están muy equivocados. Aquí les dejo una carta que me encontré en el diario Palabra de Coahuila, en la que queda muy claro que una cosa es el tabasqueño y otra su partido, que poco parece importarle. Y ojo, el 25 de septiembre hay elecciones en ese estado para renovar todos los poderes, así que la situación es aún más crítica. Véanla y ya me dirán que les parece. Saludos y nos vemos el lunes.
" Sr. Director":
"Los coordinadores del Comité de Redes Ciudadanas de Saltillo, respetuosamente deseamos hacer algunas aclaraciones con respecto a la información que ese periódico publicó el 15 de agosto en la columna Plaza de Armas en la que se afirma que: "Los que esta semana estarán de manteles largos serán los perredistas... La agenda nacional del sol azteca tiene programada hasta ahora una visita de Andrés Manuel López Obrador". Aclaramos que López Obrador viene invitado por las Redes Ciudadanas de Coahuila, no por la dirigencia local de ese partido. Todas las gestiones y la promoción han corrido a cargo de la coordinación de las redes local y nacional. Sin duda, López Obrador saludará a los candidatos, pero no está programada ninguna reunión con ellos porque el objetivo no es promoverlos, sino establecer vínculos permanentes con la ciudadanía coahuilense." Atentamente. Lic. Rosa Esther Beltrán. Vocera de la Coordinación del Comité de Redes Ciudadanas de Saltillo.

viernes, agosto 19, 2005

¿Claro?, ¡clarísimo!

El Universal: “...el costo de la corrupción supera los 40 mil millones de pesos al año..”
El Financiero. “...las empresas mexicanas destinan alrededor de 120 mil millones de pesos anuales en dádivas para los servidores públicos, pero también como sobornos..”
El Economista: ... las empresas mexicanas pagan sobornos o erogan recursos extraoficiales hasta por 40,000 millones de pesos para operar sus negocios, y de esa cantidad, 12,000 millones se destinan a legisladores y políticos...”
La Jornada. “Las empresas mexicanas gastan alrededor de 120 mil millones de pesos al año en sobornos...”

jueves, agosto 18, 2005

¿Y a mi qué?

Hace ya algunos meses – en una columna dedicada al debate sobre la identidad de Yeidckol Polevnsky – José Carreño se refería a los criterios que debía cumplir una noticia para justificar su presencia, y entre ellos mencionaba “la consecuencia para el interés público”, revelada como la respuesta a la expresión en inglés “so what” . Reciclando al columnista, bien podríamos aplicar esa interrogante a la actual agenda de los medios, tristemente para confirmar la irrelevancia de la mayor parte de la información.
¿Qué Elba Esther no ha aparecido y no se reunió con Madrazo?
¿Qué Andrés Manuel no quiere debatir con Marcos?
¿Qué el verdadero amor de Los Pinos es Alberto Cárdenas y no Creel?
¿Qué no se quieren algunos funcionarios de las procuradurías?
Quizá me equivoque, pero no veo como alguna de estas preguntas – dominantes en la agenda – tenga consecuencias trascendentales para mi vida o la de millones de mexicanos. Incluso, para confirmar su falta de peso, bien podríamos responderlas afirmativamente. ¡Ya se reunieron Madrazo y Elba, AMLO y el Peje ya debatieron, en Los Pinos ya le dieron la bendición a Creel! So what?
Lo que estamos viendo es que mientras más se acerca el proceso electoral, más parecen alejarse las agendas política y mediática de las preocupaciones de los ciudadanos, y eso, parece ser una tendencia que a todos – especialmente a los medios y a los políticos - debería de preocuparnos.

Doble discurso

Los mismos diarios que cotidianamente critican a los partidos políticos, hoy parecieran celebrar la imposibilidad de las candidaturas ciudadanas. ¿Hipocresía, mezquindad o falta de visión? ¿O de qué otra manera podemos llamar al hecho de que personalicen la nota como si en verdad lo único que estuviera en juego fueran las aspiraciones del ex Canciller? Lástima que muchos no hayan entendido que, en esta ocasión, Castañeda estaba luchando por una causa de la que habríamos salido beneficiados como sociedad. Por lo pronto, habrá que seguir soportando – y manteniendo - a la cada vez más desprestigiada clase política nacional.

miércoles, agosto 17, 2005

Balcón a los cuates

Una de dos, o la “corresponsalía en Miami” de La Crónica le está viendo la cara a sus jefes, o a los editores se les olvidó poner que la nota sobre Arturo Montiel en Florida es una inserción pagada. Y no es que uno quiera andar de mal pensado pero sólo así se explica que la misma nota aparezca publicada, exactamente igual (salvo el párrafo final) en La Jornada, que aunque no presenta la leyenda, al menos la destaca en cursivas en su página inicial.

martes, agosto 16, 2005

Una mansión con goteras

El 46% de los mexicanos se iría a vivir a los Estados Unidos si tuviera los medios, según un reciente estudio realizado por el Pew Hispanic Center; 88% de los filipinos -de acuerdo con la BBC- tiene una opinión muy favorable de los americanos, y el 56% de los habitantes de Sudáfrica, piensan que la Unión Americana es una influencia positiva para el mundo. No cabe duda, nuestro vecino del norte es un gran imán para buena parte de los habitantes de este planeta.

Como una gran mansión, el territorio estadounidense atrae y encanta a quienes la miran desde lejos. Sin duda, esto se debe a lo poderoso de su economía pero también a su exitosa maquinaria de propaganda que se extiende por todo el mundo -de la mano de su industria cultural: películas y series de televisión con presencia global-, lo que ha convencido al mundo entero de la “grandeza americana”, esa que hasta hace poco nos había hecho verlos como un gigante invencible militarmente, invulnerable en su territorio, rico y justo en su desarrollo.

Sin duda esa imagen aún tiene mucho de verdad. El problema es que desde el 11 de septiembre del 2001, la Mansión con la bandera de las barras y las estrellas nos ha mostrado que tiene serios problemas con las goteras. Golpeados en su discurso de la seguridad nacional, los norteamericanos emprendieron una batalla por limpiar su honor en las montañas de Afganistán e Irak, que como ya sabemos, les ha generado costos altísimos, tan altos que no sólo se han reflejado en dólares sino en confianza y credibilidad.

No obstante este desgaste, el gobierno estadounidense había mantenido una buena parte de su capital, el mismo que hace que a muchos se nos haga casi imposible entender que una tragedia, como la de Katrina, haya tenido lugar en la Unión Americana y no en una de las llamadas naciones del Tercer Mundo.

Acostumbrados a ver a los norteamericanos como los maestros de la previsión y la planeación, ahora los hemos visto, y quizá hasta ellos mismos se han descubierto, como los protagonistas de una realidad muy distinta a la imagen que muchos teníamos de aquel país. Ignorando avisos claros de lo que podía ocurrir, han mostrando carencias estructurales para hacer frente a una situación de esta naturaleza, incluso, han exhibido deficiencias burocráticas que aletargan la capacidad de respuesta. Así los hemos visto, así los vemos, en medio de una realidad que paradójicamente descubrió el agua, mientras cubría por completo a una ciudad emblemática para su orgullo como lo es Nueva Orleáns.

Pero no hay que equivocarnos con lo que estamos viendo. No es un problema de George W. Bush. No es –al menos no exclusivamente– un problema de liderazgo, aunque así se nos esté presentando. Lo que está ocurriendo en Nueva Orleáns es el resultado de la fragilidad del sistema social de los Estados Unidos. Veinte por ciento de los habitantes de la ciudad eran considerados como pobres. Carentes de recursos, no pudieron pagar por su vida. Así de simple y así de cruel, porque la incapacidad para pagar un hotel o un avión, se convirtió en un ancla que los retuvo en una ciudad que incluso a varias semanas del desastre, mantiene ocultos a sus muertos.

Para que quede más claro: lo que ocurrió en el sur de los Estados Unidos tiene mucho que ver con una nota perdida que fue publicada un par de semanas antes de la llegada del huracán. En ella que se informaba que 37 millones de estadounidenses, el 12.7% de su población, vive por debajo de la línea de pobreza, 6 millones más de los que estaban en esa situación en el 2001. Y no hay que ser expertos para saber que hay una relación directa entre la pobreza y la vulnerabilidad, tal como se ha demostrado en todas partes del mundo.

¿Qué sigue después de esta tragedia? Conociendo a los medios de comunicación y a los políticos norteamericanos, un simple debate sobre la responsabilidad del gobierno de George W. Bush. Tal vez y sólo tal vez en un espectro más amplio, una revisión a nivel global de la imagen de la única superpotencia. Y ya en el terreno de lo deseable –aunque poco probable– una discusión de qué es lo que está pasando en el mundo que asume como natural que en la nación más rica del mundo, haya gente viviendo en las condiciones de fragilidad que el paso de Katrina ha revelado.

domingo, agosto 14, 2005

De todo un poco

1. Si ya vamos a creer las cifras que se publican como la verdad revelada (perdón, pero yo no me creo que haya muchos niños de 12 años comprando su calificación), mejor vamos a tomar .como buena la que ayer se dio a conocer sobre el impacto que el seguro popular está teniendo en la economía de las familias mexicanas. De acuerdo al informe, el gasto familiar en salud disminuyó en 30% del 2000 al 2004; lo que representó que la cantidad de familias que se han empobrecido a causa del dinero que desembolsaron para enfrentar eventualidades médicas pasó de 3.7 millones en el 2000 a 2.6 millones de familias en el 2004. Esto significaría que el proyecto, aunque lento, está funcionando y eso es bueno pues es con nuestros impuestos que se está financiando.
2. Si La Jornada va a publicar los lemas de campaña de AMLO en su primera plana, al menos que los cobre y los coloque sobre la leyenda de inserción pagada. Lo decimos por la siguiente cabeza: ''Destituye'' el PRIAN a Ebrard en la ALDF”. ¿Qué eso del PRIAN? Ah si, el invento de AMLO para promover el voto útil en el 2006.
3. Otra de La Jornada. En su colaboración del día, el Subcomandante Marcos es sarcástico al señalar que a lo mejor se equivoca en sus juicios sobre el PRD. El guerrillero/novelista afirma: “tal vez nos equivocamos al denunciar que hemos sido engañados, agredidos, burlados.” Por si fuera poco, el zapatista le vuelve a preguntar a AMLO, “por qué, si dice que todo lo que es crítica proviene de Salinas de Gortari, del PRI y la derecha, está entonces rodeado de puros salinistas, ex priístas y derechistas. (...)por qué han convertido al partido en una máquina de reciclaje para lo peor del priísmo(...) por qué, si muchos suponen que su proyecto es de izquierda, su "Proyecto alternativo de nación" no lo es. (...)por qué apoya a Marcelo Ebrard para el gobierno del DF si no es de izquierda.” Y así sigue y sigue la lista de reproches. Y ¿cómo cabecea el diario el texto? “Si nos equivocamos acerca del PRD, ofreceremos disculpas, dice Marcos” ¿A poco no son un amor?

viernes, agosto 12, 2005

"Soy como el de Asunto Internos"

“Soy como el de Asuntos Internos”
Una conversación con Sebastián Serrano, el Defensor del lector del diario El País.

Es considerado como uno de los diarios más influyentes en toda Iberoamérica. Con casi un millón y medio de lectores al día, el diario español
El País sirve como un referente obligado cuando se habla de periodismo de calidad, no sólo por su emblemático Libro de Estilo - el código interno que entre otras cosas reconoce los principios éticos del periódico- sino por ser uno de los pocos diarios que cuenta con una sólida tradición cuando se habla de la figura del Defensor del Lector. Establecida desde 1985, ha sido ocupada desde entonces por nueve periodistas encargados de “velar por el cumplimiento de las normas profesionales del periódico”.

Congruentes con el compromiso de
Enteratehoy de contribuir a enriquecer el debate sobre los medios de comunicación, es que aquí les presentamos una entrevista con Sebastián Serrano, el hombre que desde febrero de este año se desempeña como el Defensor del lector.

En la conversación celebrada en exclusiva, Serrano define los alcances del también llamado ombudsman, nos habla de la respuesta de los lectores, de su dinámica de trabajo y nos permite echar un vistazo a la relación que existe, entre quien dice ser como el de “asuntos internos” y sus compañeros de la redacción. Con sus 51 años de vida, una larga trayectoria en el mundo de los medios, y sin duda buen humor, Sebastián Serrano nos comparte su visión del buen periodismo y nos señala algunos de los principales problemas que enfrenta en la actualidad.

Mario Campos (MC) ¿Cuáles son las funciones del Ombudsman o Defensor del lector?

Sebastián Serrano (SS).- Atender las quejas o sugerencias de los lectores. Algunas veces los lectores protestan por algún artículo de opinión que no les gusta y quisieran rectificarlo, aunque yo en estos casos no intervengo. Cuando es así, lo que hago es desviarlos hacia el espacio de Cartas al Director. La figura del Defensor se limita a analizar las quejas sobre temas que afecten al ejercicio de la profesión del periodismo, análisis de las noticias, de la información. Alguna columna podría entrar, por ejemplo, siempre y cuando tuviera algún dato equivocado. También es cierto que en muchas ocasiones lo que hacemos es una fe de errores, que es un espacio en el que se canalizan muchas de las quejas.

MC. ¿Qué respuesta tienes de los lectores?, ¿recibes muchos textos?

SS.- El cálculo que hice en los primeros cuatro meses, era de entre 50 y 100 a la semana, aunque esto es sólo una media, porque de pronto puedes encontrarte con un hecho determinado que provoque 25 o 30 cartas, pero para que te des una idea, este cálculo lo hice exceptuando una queja que despertó 600 o 700 quejas, aunque eso es algo excepcional. El promedio es sumando lo que me llega por la vía telefónica, el correo electrónico y todavía correo tradicional, aunque esto es realmente ya muy poco.

MC.- El espacio formal del Defensor del lector es una columna semanal que se publica los domingos, de los temas que ahí abordas, ¿cuántos son por iniciativa del lector y cuantos por iniciativa propia?

SS.- Intento que sean todos por iniciativa del lector, pero debo confesarte que en algunas ocasiones es imposible. De los veinte textos que llevo hasta ahora, diría que sólo tres o cuatro han sido por iniciativa mía y el resto por iniciativa de los lectores, pero incluso cuando es por iniciativa mía, procuro incluir la carta de algún lector. Por ejemplo, plantee un tema sobre una polémica que se presentó en Madrid en torno a la migración, que yo abordé de motu propio, pero acompañada de una carta de un lector que introduce al tema. La mayor parte de las veces es por iniciativa de los lectores porque es lo que tiene sentido. Si hubiera demasiados artículos por iniciativa mía, probablemente no tendría mucha razón de ser.

MC.- ¿Qué tipo de temas son los más frecuentes, los que aparecen de manera recurrente en las quejas que te presentan?

SS.- Existe la idea de que la mayor parte de las quejas son por el uso del lenguaje, pero al cumplir los primeros cuatro meses hice un análisis y vi que este tipo de contenido no es el fundamental. Hay tres grandes ámbitos de quejas: el primero, relacionado con la distribución del periódico, que no me pertenecen en absoluto y que desplazo al departamento correspondiente ya sea el de suscripciones o el de distribución. Este volumen es alto aunque no llega a un tercio. El segundo apartado, también muy elevado, es por el mal tratamiento de la lengua, por faltas ortográficas, mala utilización de los términos, utilización de anglicismos y barbarismos, y dentro de esto también incluyo lo que serían los gazapos, como cuando decimos que fulano de tal nació en el año 1950 y después decimos que tiene 62 años.

MC.- Qué este tipo de cosas deben divertir mucho a los lectores...

SS.- Mucho, tengo incluso algunos lectores especialistas en descubrir gazapos, que son clientes frecuentes evidentemente, y que no les contesto siempre sino sólo de vez en cuando porque sería excesivo contestarles cada vez, pero sí hay una parte de los lectores que se distrae con esto.

Pero el grupo más numeroso son las cartas en las que los lectores expresan algún tipo de opinión, y como te decía, según como se aborde esa opinión es que le corresponde o no al Defensor del lector, a veces más que opiniones son preguntas o sugerencias y se les contesta, pero de los tres grupos que he mencionado no hay ninguno que sea preponderante.

Parecería que la gente está más preocupada por los temas de opinión y no por los temas de fondo, pero eso no es verdad. Sí los abordan, lo que pasa es muchas veces yo no puedo tratar todos esos temas pues tengo que hacer una selección de todos los asuntos que me llegan.

MC.- Por lo que entiendo entonces, hay reclamos de los lectores que canalizas internamente sin que se vuelvan un asunto público...

SS.- La mayor parte de mi tiempo la dedico justamente a responder directamente a los lectores. Cuando me llega cualquier queja lo primero que hago es conducirla hacia al afectado, a la sección que corresponda, y al mismo tiempo contesto al lector, si puedo la hago yo, y si no, pregunto porqué se ha hecho como se ha hecho y simplemente canalizo la respuesta. La mayor parte de las consultas o quejas son privadas. No tendría sentido que cada día se publicara la columna porque la mayor parte de esas quejas no son de interés general. Una columna por semana es razonable como para encontrar un tema que sea del interés de cualquier lector, porque hay veces que son quejas muy a detalle y con satisfacer al lector en particular resulta suficiente.

MC.- Hace una semana, por ejemplo, publicaste un artículo sobre un crimen inexisten que fue publicado por el diario. Cuando es un asunto de fondo como ese, por el impacto que puede tener en los involucrados, ¿hay consecuencias?, ¿se llama la atención o se sanciona al reportero?...

SS.- La llamada de atención es la propia publicación. De lo que yo publico no se deriva ninguna sanción. Que yo recuerde, no tanto a partir del trabajo de un Defensor del lector, sino porque el hecho fue muy grave, hace como cuatro años hubo alguien que hizo una crónica sin ni siquiera haber ido al sitio en donde se había producido la información. No es que le haya inventado pero casi, y claro que hubo una sanción hacia esa persona, pero eso hubiera ocurrido tanto si hubiera aparecido en la columna del Defensor, como si no. No hay una correlación en absoluto. Pero hay que entenderlo, a nadie le gusta salir en la columna porque la recriminación pública, de cierta forma, es un modo de sanción.

MC.- ¿Se han generado cambios en la dinámica de trabajo del diario a partir de una recomendación del Defensor del lector?

SS.- Si, probablemente no como a uno le gustaría pero sí. Por ejemplo, alguna vez publicamos una carta cuyo remitente no había sido comprobado y se produjo una suplantación. A partir de ahí se abordó cómo evitar nuevas suplantaciones y lo que se derivó fue en la aplicación literal de lo que establece el Libro de estilo, que señala que se deben comprobar todas las cartas. Lo que pasa es que a veces las normas se rebajan y lo que hace una columna de este tipo es que se vuelvan a cumplir, porque muchas veces lo que pasa es que no se respetan normas que nosotros ya tenemos.

MC.- En ese sentido, el Defensor funciona como complemento del Libro de Estilo, que es donde están las reglas que se deben de seguir, y lo que hace el Defensor es marcar algún incumplimiento.

SS.- Formalmente esa es la función, vigilar que se cumplan las normas, pero también cuando sucede algo que el sentido común indica que no debería de hacerse, aunque no lo diga el Libro de Estilo, se puede plantear igual. Hay códigos deontológicos que de alguna forma no están recogidos en todas sus partes por el libro, pero que existe consenso en que se deben aplicar, porque hay cosas que a veces son obvias. El mantener la presunción de inocencia de una persona es lógico. Cualquier código de la profesión lo incluye y aunque en nuestro libro de estilo no figura, eso no quiere decir que no haya que cumplirlo. Se da por hecho.

MC.-¿Cómo es tu relación con la redacción?, por que no debe ser una labor fácil después de trabajar en el diario durante tantos años...

SS.- Soy como el de Asuntos Internos, ¿no?...

MC.- Que por lo menos en las películas, siempre es al que ven feo cuando llega...

SS.- La verdad es que me llevo bien. Supongo que el haber estado mucho tiempo en la redacción te da cierto margen de confianza. Lo que siempre procuro es que cuando las cosas se han hecho mal y las tengo que exponer, pues lo hago pero cuido de no ensañarme nunca. Incluso cuando se ha ensañado el lector correspondiente, trato de evitar aquellos términos que puedan resultar peyorativos. Intento ser lo más objetivo posible, siempre estableciendo que fue el redactor o el editor, canalizando hacia al redactor en jefe y no hacia la persona que se ha equivocado pues se supone que existen una serie de filtros. Además, siempre, el afectado tiene voz para explicar o para reconocer que ha cometido un error, incluso puede explicar cómo es que llegó a cometerlo, o incluso puede sostener que no lo ha cometido. Eso está establecido en el
estatuto, dejando en claro que se le tiene que conceder audiencia al afectado.

Yo creo que mis relaciones siguen siendo buenas. Digamos que puedo entrar a la redacción tranquilamente sin tener que esconderme...

MC.- Habría que hablarte en seis meses para saber cómo vas...

SS.- Hasta ahora sólo puede haber veinte damnificados, que son los artículos que llevo...

MC.- Está claro que lo tuyo es una labor de tiempo completo...

SS.- Así está establecido además por una cuestión bastante obvia, porque si no fuera así, terminaría siendo juez y parte. Quizá podría dedicarme por fuera a hacer otras cosas, aunque no creo que les gustara mucho...

MC.- ¿Cuáles serían cinco criterios básicos que toda nota debería cumplir...

SS.- ¿Cinco? Me parece excesivo. Yo creo que a lo que debe aspirar alguien que vea una noticia es a que sea verdad. Lo fundamental es que uno sepa que el reportero ha hecho, como mínimo, todo lo que estaba a su alcance para concluir que eso que está diciendo es verdad. Es obvio que cuando tú estás viendo directamente algo, lo explicas como tu verdad, y ahí no hay problema, el asunto es que la mayor parte de las informaciones no se hacen viendo el acontecimiento, y cuando no es así, como mínimo se deben haber dado los pasos de verificaciones necesarios. Eso es en buena medida el periodismo, hacer lo que establecen unas ciertas normas de funcionamiento para tener, sino la seguridad, si la tranquilidad de que eso que se está diciendo es verdad.

MC.- Pero en ese sentido, la construcción de la verdad a veces pasa por mostrar las diferentes caras o versiones del mismo fenómeno, y en ese sentido la inclusión de todas las voces en una nota quizá sería uno de esos criterios...

SS.- Un elemento que define cuando algo tiene rango de noticia, es cuando se verifica si está completa. La veracidad en muchas ocasiones se compone de visiones distintas. Y esto es todo, se trata de que sea verdad y de que se haya hecho todo el esfuerzo para saber que así sea. Sabemos que al día siguiente se puede complementar, como cuando una noticia no está completa porque ha surgido tarde, pero al día siguiente se completa pues el periódico al final sale todos los días...o quizá descubres nuevos ángulos que no se te habían ocurrido y que se pueden aportar, o claro, rectificar...

MC.- Te cuento que en México, en algunos medios, se ha caído en una dinámica en la que surge un actor hablando mal de otro, se publica su versión y es hasta al día siguiente cuando se busca y publica la reacción sin que en la nota original se hayan incluido las dos partes...

SS.- Eso es el periodismo de declaraciones en vez del periodismo de hechos. Cuando se cae demasiado en esa dinámica se está haciendo un periodismo que quizá no sea muy bueno. Cuando hay un desequilibrio excesivo a favor de fulano, en donde el otro le contesta y un tercero replica, entonces no se esta caminando por buen camino. Aunque hay que decir que esto es inevitable porque en nuestro tiempo el debate político no se da tanto en el parlamento como en los medios, pero en cualquier caso se ha de comprobar la información...

MC.- Por último, ¿cuáles serían los tres grandes problemas que enfrenta el periodismo en general?

SS.- ¡Caramba! Vamos a ver, hay uno que es muy importante y que ilustra el caso este del
Pianista. Hay una cierta confusión que se está instalando entre lo que es espectáculo y lo que es información, sobretodo en algunos medios. Lo que pasa en los periódicos es una consecuencia, no es un problema estructural, pero en televisión es un problema muy serio. Llega un momento en el que no sabes si lo que estás viendo está ahí porque tiene un valor en si mismo como espectáculo, o si se presenta porque tiene valor informativo. En el caso del Pianista, por ejemplo, es que es una historia tan bonita, tan atractiva que parece una película, que cómo no la vamos a explicar. Este es un asunto importante.

Luego está la creciente lejanía entre lo que sería el editor, como la empresa, y los medios; no es lo mismo un medio informativo en donde hay un editor que da la cara, que tiene una idea clara y entiende lo que es el negocio informativo, y las grandes corporaciones en las que el periódico queda lejísimos y que además no sólo gestiona esa empresa sino una de telecomunicaciones al mismo tiempo. Esa lejanía entre el propietario y el medio, es también un problema porque el negocio de la información es muy específico, y en la medida que te alejas de los clientes – que en este caso son lectores – pues resulta negativa.

En tercer lugar, lo que estamos viendo es una especie de refundación del periodismo, en donde se está viendo qué es ser periodista y qué es el periodismo. Lo digo por lo que está pasando en internet. Hoy, cualquier persona puede convertirse en emisor, pero eso no significa que sea periodista. Muchas veces, lo que se está produciendo, más que información, es opinión, aunque en todo caso, lo que está pasando es que se están removiendo las aguas del periodismo. Hasta ahora había una especie de monopolio del canal de información. Eramos los únicos que difundíamos la información. Con los cambios que ha habido, se ha transformado la estructura de los medios, y por ello, se está replanteando la función del periodista.

Cinco pinceladas de la política mexicana

1. La renovación de cuadros de la CTM que nombró a un chamaco de 78 años como el sucesor de Rodríguez Alcaine, que murió en el poder apenas a los 86.
2. El sobrepeso de nuestro guerrillero, el Subcomandante Marcos, símbolo de la rebeldía internacional, y candidato a los próximos anuncios del StarDiet, la dieta de las estrellas...
3. La discusión entre los panistas que no pueden ponerse de acuerdo antes de firmar públicamente “el pacto de unidad” (que se ve bieeeen solido, eh?)
4. La especulación recurrente de la prensa nacional...”ahí viene Elba...ahí viene Elba...”
5. La promesa de Roberto Madrazo de que con el PRI sí habrá reformas estructurales...claro, pero si ganan...y mientras que al país se lo lleve...
Y luego nos preguntamos sobre el desprestigio de la política.

jueves, agosto 04, 2005

Fue Montiel

El equipo de Roberto Madrazo quería que ganara Montiel, y se les hizo. Ahora lo que esperan es una contienda más cordial, en la que los golpes de la interna no dejen secuelas para la verdadera disputa, la de julio del 2006, en donde ven a Montiel como el coordinador de campaña del tabasqueño.
Lo que quizá no hayan considerado es que el mexiquense ha gastado, y mucho, para llegar hasta la candidatura del Tucom, y en una de esas, si cree que la puede ganar, la cordialidad puede desaparecer. ¿Montiel como coordinador de campaña? En una de esas, el cargo se la hace poco al mexiquense, y entonces sí, la que se va a armar.

miércoles, agosto 03, 2005

"Entre priístas podemos destrozarnos...pero nunca...

Sin duda, ésta y la próxima semana tendrán como protagonista al PRI. Por lo pronto, por la elección del candidato del Tucom, el que se supone, disputará a Madrazo la representación priista en la contienda del próximo año. Pero no hay que olvidar que son priistas, y si algo tienen es la capacidad de arreglarse entre ellos con tal de ganar o retener el poder. Por eso quizá no sorprende una historia que me contaron hace muy poco: ¿Quién creen que será el coordinador de campaña de Roberto Madrazo? Pues en una de esas, ni más ni menos que Arturo Montiel. Si algo me queda claro después de oír estas cosas es que por algo duraron 70 años seguidos en la Presidencia de México. ¿No creen?