jueves, julio 10, 2008

Feos pero por gusto

(Aquí un viejo artículo que quiero compartir con ustedes. Saludos.)

Hasta hace algunos años uno podía nacer feo, bello o ser simplemente uno del montón. El resultado dependía de los genes que nuestros padres nos hubieran heredado, y en cierta medida, de la alimentación y los cuidados que uno pudiera tener en el camino. Lo cierto es que si bien existían ciertas variables a considerar, la verdad es que uno no tenía porque sentir alguna culpa por el saldo final más allá de la elemental vanidad que se pudiera ver reflejada o no en la confianza con la que uno encaraba al mundo.

No obstante esta situación ha cambiado radicalmente en los últimos años. Cobijado por otros fenómenos sociales como el auge del individualismo - que entre otras cosas coloca a cada persona como la única responsable de su destino-, así como por el crecimiento de la publicidad y la mercadotecnia, nos hemos acercado cada vez más a un mundo en el que la belleza ha dejado de ser un hecho relativamente aleatorio para convertirse en casi una elección, y por tanto, un elemento meritorio.

Dicho de otro modo la belleza no es ya un producto del azar sino una obligación. En el momento en el que todos "podemos" ser atractivos, no hay razones para no serlo. Los estímulos están ahí: la publicidad con su estética que se extiende de manera natural a la televisión y el cine, acompañada por una "democratización" de los conceptos de belleza que van desde el conocimiento - con programas o secciones dedicadas a enseñar la mejor forma de vestirse o maquillarse - hasta la disminución de los costos que implican una cirugía plástica, lo que ha llevado a un boom de este fenómeno.

En Estados Unidos, por ejemplo, en 1992 se realizaron 4000,000 cirugías plásticas; diez años después se realizaron 6.6 millones, 16 veces más, y en Perú – para que se vea que esto no es un fenómeno exclusivo del llamado primer mundo – las cirugías crecieron 41 por ciento tan sólo entre el 2004 y el 2005. Fenómeno que también se extiende a los diversos grupos étnicos como reportó en abril la Asociación Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS); los hispanos, por ejemplo, pagaron por 921,000 operaciones durante el 2005, lo que implicó un crecimiento del 67 por ciento en un año, mismo crecimiento que tuvieron los pacientes afro americanos, seguidos por el 58 por ciento de los asiáticos

Más allá de si alguno de nosotros ha pensado alguna vez en operarse, es evidente que programas de televisión como
Extreme Makeover y The Swan - en los que se transforma la apariencia de los participantes a manera de reality shows - son sólo los rostros más radicales de un fenómeno mucho más amplio que pesa sobre todos nosotros y que se expresa en la idea de que ya no hay hombres y mujeres atractivos o feos, sino atractivos o pobres, chiste que encubre una verdadera presión sobre todos, especialmente sobre los más jóvenes y que cada vez está más presente en nuestra sociedad sin el menor rastro de pudor.

Entender que el debate sobre la estética es parte de los cambios que está viviendo la sociedad, y asumir que es cosa seria como muestran los crecientes casos de anorexia y bulimia es parte de la nueva agenda, incluso para quienes pensamos que el tema no podría estar más lejos de nuestra realidad.

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