lunes, julio 12, 2010

El beso de Iker Casillas y Carbonera



El mundial de Sudáfrica será memorable por muchas cosas, por haber sido el primero en África, porque lo ganó España, por el pulpo Paul y por el beso de Iker Casillas a su novia la reportera Sara Carbonera. Más allá de lo emotivo que pueda resultar la imagen -vista literalmente por millones de personas- es un buen ejemplo de por qué debe existir una distancia entre las fuentes y los reporteros que los cubren, sean deportivas, de entretenimiento o políticas. La culpa en este caso, por supuesto, más que de la reportera que intenta hacer su trabajo o del futbolista que tiene suficientes razones para estar emocionado es de la empresa que decidió ponerla en esa situación. Tal vez bajo la lógica de que en vez de aparcer en la seccióm de deportes esta historia estaba destinada a llamar la atención de la prensa rosa como finalmente ocurrió.

Quedan el beso y la historia para el anecdotario.

1 comentario:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

coincido plenamente, pero al final de cuentas en detrimento de la periodista es observar que todo es negocio, un interés una conveniencia en su presencia criticada porque distraía al portero según especialistas españoles, pero que respondía al interés de su contratante por atraer la atención del público aprovechándose de la relación entre el deportista y la profesional de los medios, lo que va en demerito de la calidad profesional de la mujer, hasta un asunto de género que es aceptado como tal por la propia involucrada.