¡Qué joya la nota de La Jornada sobre las protestas en Cuba. En una excelente muestra del uso político del lenguaje, el corresponsal Gerardo Arreola, nos describe una escena con términos que parecen muy bien escogidos. Desde el titulo, la nota afirma “civiles apoyados por la policía sofocan dos protestas contra Fidel Castro; 9 detenidos”. Nótese la ausencia de la palabra represión, sin duda más dura pero más adecuada.
Ya en el cuerpo de la nota, el reportero empieza señalando que se trataron de dos “breves y pequeñas manifestaciones”, que fueron respondidas por “civiles oficialistas, en formación de brigadas de respuesta rápida” (o sea, grupos de choque), que obligaron al repliegue de los “opositores” hasta que fueron detenidos por la policía (su delito: conmemorar la muerte de 41 emigrantes que trataron de escapar de la isla en un remolcador que se hundió). “Al parecer – nos dice el corresponsal - las brigadas fueron convocadas previamente y esperaban la demostración opositora”. En la segunda protesta del día, los trabajadores de la construcción (entiéndase golpeadores), “se agruparon para reprimir el incidente (sic) con tubos y palos”. Por supuesto, estos hechos fueron ignorados por los medios locales...y dicho sea de paso, por la editorial de La Jornada, dedicada a cuestionar al gobierno de Bush.
Una pregunta, ¿cómo habría presentado la información el diario si los mismos hechos hubieran ocurrido en Chiapas o Oaxaca, el represor hubiera sido un gobierno priista o panista, y los opositores un grupo de indígenas o integrantes de alguna ONG?
La nota inevitablemente me recuerda un texto de Raúl Shor (Historia y Poder de la Prensa), sobre la guerra del Golfo.
“En la prensa británica y de Estados Unidos se leen calificativos muy diferentes para describir acciones idénticas. Así, mientras los aliados entregan “informaciones para la orientación”, Irak ejerce la censura. Los aliados realizan ruedas de prensa, en tanto que Irak “intoxica con propaganda”. En el campo aliado no se mata sino que se “suprime”, “elimina” o “neutraliza” al enemigo. Los iraquíes si “matan” y “destruyen”. (...) Los Aliados luchan “por el sentido del deber”, mientras los iraquíes se baten “por temor a Saddam Hussein.”Los misiles y bombas aliadas causan “daño colateral”, en tanto que los iraquíes provocan “muertes de inocentes” .
No cabe duda, todo esta en el lenguaje
miércoles, julio 20, 2005
El poder del lenguaje
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