martes, octubre 11, 2005

Algo no está bien (aunque no sea popular)

Otra vez las violaciones al secreto bancario, las filtraciones y los linchamientos mediáticos. ¿Y quién se detiene a denunciar este tipo de hechos? Nadie, pues es oro molido para medios y analistas, que con esto obtienen un tema que entusiasmo al auditorio. No es mi interés defender a la familia de Arturo Montiel. Menos a los hijos de Marta Sahagún. Pero lo que no podemos aplaudir es el desarrollo de esta cultura de “justicia paralela”, en la que las leyes y los procedimientos son sustituidos por las estrategias de guerra sucia y el protagonismo de algunos periodistas.

Si alguno de los personajes señalado en las últimas semanas es culpable, se le debe procesar y sancionar, pero no en las hogueras mediáticas.

Al ver la respuesta de los medios – y la manera tan ligera con la que dan por buenas sus hipótesis – me acuerdo de dos declaraciones que me dejaron francamente preocupado. Una de Ciro Gómez Leyva, en la que decía que el hijo de Marta no podía hacer negocios con el IPAB. No porque sea ilegal, sino por ser el hijo de la Primera Dama.
La otra fue una respuesta de Marcelo Ebrard a una pregunta de Paola Rojas. “¿Qué piensa de Carlos Salinas?”, le preguntó la periodista, “que ya no debería estar en el país”, respondió tranquilamente. En los dos casos, lo que vemos es el deseo de aplicar una serie de reglas y sanciones extralegales, basados en su juicio político. ¿Debe haber leyes especiales – no escritas - para los hijos de las figuras públicas?¿se pueden inventar castigos como el exilio, simplemente porque no les gusta su presencia? Cuidado, porque si sólo dependemos del criterio de un grupo de notables – sean políticos o periodistas - esto se puede poner muy feo.

No hay comentarios.: