martes, febrero 07, 2006

"Del insulto a la libertad de expresión" por Salima Aisa Ahmed

Tremendo revuelo el que han provocado en Europa algunos medios de comunicación por publicar unas caricaturas, las del Profeta del Islam, sin ir más lejos, algo que los musulmanes consideramos prohibido y blasfemo, a la par que hiriente. ¿Cómo no iba yo a dar mi opinión? En definitiva, como diputada estoy, entre otras cosas, para representar a un colectivo y, aunque hablo en mi nombre, creo que el sentir de una musulmana en democracia e instruida en libertades, es una aportación valorable en el discurso que nos atañe.

Dicen en la Europa de las libertades que la publicación de las caricaturas es un llamamiento a la “libertad de expresión”. Mal entendida, creo yo, que está la libertad de expresión cuando se usa “en contra” del derecho al respeto que disfrutan los musulmanes. Miren ustedes, no se puede hacer comulgar con ruedas de molino porque simplemente “no entran”. La libertad de expresión es aquella que garantiza el derecho a la opinión para asegurar que todos los puntos de vista son valorados por la sociedad expectante de información. Entiendo, respeto y defiendo que un señor, por muy raro que opine, tenga derecho a hacerlo en un medio de comunicación masivo, pero me niego, desapruebo y condeno, que alguien use la libertad de expresión para hacer apología del terrorismo, por poner un caso. El caso es que, siendo poco productivo para la sociedad que se publiquen caricaturas del Profeta del Islam, el único resultado que provocan es el desafío al respeto, la tolerancia y bienestar de cuantos consideran hiriente (cuanto menos) que esto se haga. Si al menos fuera beneficioso en algún término su publicación, podría apelarse a la libertad de expresión como garante de justicia y pluralidad pero es que lo único que se persigue es “el desafío”… pues siendo así les digo, no estoy de acuerdo.

Creo que en la Europa de las libertades, en Francia sin ir más lejos, se han provocado ya demasiados conflictos como para dejar de jugar con fuego. Si buscamos ser una gran comunidad, plural, democrática y tolerante, debemos empezar por respetar la realidad social en la que vivimos. En Melilla esto se ve con otros ojos, no se entendería esta ciudad si se empezara a prohibir el uso del hijab en las escuelas… empezando conmigo misma en la Asamblea. Imagínense que un Melilla Hoy o El Telegrama publicara las caricaturas aquí. En nombre de la libertad de expresión se estaría provocando un conflicto social a gran escala que terminaría por dividir a los melillenses en dos bandos bien diferenciados… no señores, con fuego no se juega porque quema, y no hay que estar dispuesto a quemarse por tener derecho a ridiculizar una figura tan importante para los musulmanes, no señores, no creo que sea justo.

Así que desde mi humilde ciudad, crisol y ejemplo de tolerancia y respeto de comunidades, como rezan nuestros luminosos publicitarios, quisiera hacer una llamada de atención a los medios europeos que han publicado las caricaturas para que recapaciten si su “libertad de expresión” está por encima del derecho al respeto de los musulmanes y, sobretodo, si “mereció la pena”.

2 comentarios:

J.S. Zolliker dijo...

El punto de vista contrario... La nota en Olganza sin H (http://olganza.com/2006/02/06/caso-mahoma-en-los-medios-a-caricaturista-mexicano-no-le-publica-reforma-su-carton-dominical/) que envía a liga de caricatura de Paco Calderón. Saludos!

Marcos Bauzá dijo...

Hola: coincido plenamente con la visión de esta diputada.

La prensa escrita tiene el legítimo derecho a exigir su libertad de expresión, pero de ahí a querer usar unas caricaturas para ridiculizar, satirizar, y burlarse irónicamente de millones de personas que profesan la religión islámica; existe una gran distancia.

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