jueves, febrero 23, 2006

Sobre Aznar y su apoyo a Felipe Calderón

Al ver las reacciones de parte de nuestra clase política y periodística - más de la primera que de la segunda - no puedo dejar de recordar el célebre texto de Raúl Sohr sobre la propaganda y la Guerra del Golfo publicado en su libro "Historia y Poder de la prensa": “En la prensa británica y de Estados Unidos se leen calificativos muy diferentes para describir acciones idénticas. Así, mientras los aliados entregan “informaciones para la orientación”, Irak ejerce la censura. Los aliados realizan ruedas de prensa, en tanto que Irak “intoxica con propaganda”. En el campo aliado no se mata sino que se “suprime”, “elimina” o “neutraliza” al enemigo. Los iraquíes si “matan” y “destruyen”. (...) Los Aliados luchan “por el sentido del deber”, mientras los iraquíes se baten “por temor a Saddam Hussein.”Los misiles y bombas aliadas causan “daño colateral”, en tanto que los iraquíes provocan “muertes de inocentes” .
Esta conducta - sobre la que ya había escrito antes - viene a cuento si comparamos las condenas al intervencionismo que por supuesto no se manifestaron cuando en pleno proceso de desafuero, La Jornada publicaba las cartas de solidaridad de extranjeros como José Saramago o Mario Benedetti, por mencionar sólo algunos.
Si compartimos o no las opiniones de unos u otros es otra cosa. Yo me quedo más con su faceta de escritores más que de políticos, y así como difiero de la política exterior que aplicó Aznar en España, también reconozco sus buenos resultados en materia económica que le habrían permitido a su partido conservar el poder en España, de no ser por los atenatdos terroristas del 11 de marzo del 2004.
Es aburdo que en plena globalización todavía se escuchen voces pidiendo la aplicación del artículo 33, que llevado al extremo implicaría sancionar a Bono por hablar de Chiapas en sus conciertos, y por supuesto, expulsar a las activistas que de diversas nacionalidades se han manifestado por el caso de las muertes en Ciudad Juárez.
Si vamos a discutir el valor de Aznar como político o como un activo de la campaña de Calderón, me parece muy bien, bienvenido el debate, pero si se trata de envovolverse en la bander sólo cuando no está de moda el declarante, entonces que no cuenten conmigo.

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