lunes, junio 09, 2008

Guía para sobrevivir a las noticias

Artículo publicado en la revista Expansión de la edición del 9 de junio.

Cinco recomendaciones que le ayudarán a sobrevivir (y decidir pese) a las noticias.

Estamos en el transcurso de los 71 días de debate en torno a la reforma energética, siguen las noticias de ejecuciones, baja en los mercados, nuevos escándalos cada día. Esto es parte de lo que vimos y veremos en los próximos meses. En medio de todo esto, los tomadores de decisiones, aquellos que no pertenecen al mundo de la política pero que siguen sus movimientos, se preguntan sobre el futuro del país. Para ellos:

1. Hay que guiarse por los efectos reales, no por los mediáticos. En abril, cuando una manta con la leyenda ‘Clausurado’ cubrió la tribuna de San Lázaro, ¿cuál fue la realidad? Las comisiones trabajaron y muchas leyes fueron aprobadas. La toma fue irrelevante para la operación. La regla: tengamos la mirada sobre las consecuencias, no sobre las advertencias.

2. Distinga lo táctico de lo estratégico. Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI en el Senado, reprocha al presidente Calderón la falta de conducción y los analistas advierten: la alianza entre el gobierno y el PRI está por naufragar. La historia del sexenio muestra lo contrario: reformas de pensiones, fiscal, electoral, judicial y presupuesto, por mencionar algunas decisiones desde el Congreso, han contado con la bendición del tricolor y, en muchos de los casos, con la del PRD.

En la táctica, los actores suelen recurrir a las descalificaciones como parte del proceso de negociación. Mientras la estrategia no cambie, lo demás es lo de menos. Para el gobierno, la búsqueda del acuerdo es una condición irrenunciable por la correlación de fuerzas en el Congreso; para este PRI (distinto al del sexenio pasado), el regreso a Los Pinos pasa por vender la imagen del partido que garantiza la gobernabilidad, e, incluso, para el sector dominante del PRD en el Congreso la apuesta es pelear por su agenda pero dentro del sistema.

3. Mire dos pasos adelante. Ahí viene el proceso electoral de 2009 y con él, la inestabilidad. Vendrán las campañas y la necesidad de marcar distancias, de decir que unos y otros son diferentes. Pero eso es sólo parte de la verdad. El presidente seguirá en su lugar, los senadores permanecerán tres años más en sus escaños y sólo los diputados tendrán que buscar una nueva ocupación. Habrá que ver quién llega pero, hasta el momento, no hay encuesta que le otorgue al PRD más de 25% y no hay ninguna que proyecte al PAN y al PRI con menos de 35%. En otras palabras, si hacemos números, la historia no será muy distinta a la actual.

Y es dentro de este futuro posible que se debe especular. Lo otro, alianzas PAN-PRD o acuerdos PRD-PRI sólo existirán en alguna mente creativa. El sistema de partidos no cambiará mucho en los años por venir; con esto se puede contar.

4. Elimine ruido. El conflicto viene con la política y la democracia. Vendrán las marchas, los mítines y los escándalos que llegaron para quedarse. Lo importante, sin embargo, estará en otra parte. En las nuevas reglas del juego que los actores construyen y en la gobernabilidad del país, entendida como la capacidad de los tres poderes de hacer su trabajo para que la sociedad siga con el suyo. El país es más que sus conflictos políticos. Aprendamos a vivir con el ruido.

5. Los cortes de caja se hacen al final de la jornada. Si la reforma se aprueba en julio o en diciembre es irrelevante. Tratándose de esos temas, tres o seis meses son lo mismo si veremos los efectos dentro de nueve años.

Resistamos a los balances de corto plazo: saber si 50% de la opinión pública avala o no una acción es útil como una herramienta de discurso; lo importante será al momento de canjear las monedas que quedan a cada jugador.

Elevemos la mirada y, a la distancia, veremos que el sistema es más estable de lo que parece.

Sobrevivió a 2006 y sus actores, ya nos dio una muestra de lo que puede pasar con un poco más de turbulencia, demostrará que puede más que sobrevivir.

Los riesgos graves no provienen de los actores políticos; tampoco de quienes desde los márgenes del sistema apuestan por obstruir; los verdaderos enemigos son los que creen que pueden y deben sabotear, e, incluso, a ellos –guerrilla y narco– debemos leer con los mismos cinco puntos.

Comentarios (sobre este texto en particular): opinion@expansion.com.mx

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