miércoles, enero 07, 2009

¿El narco como interlocutor? El caso de Televisa Monterrey

El ataque a Televisa Monterrey - uno más de una larga lista en la que se encuentran periodistas asesinados, desaparecidos y ataques con granadas como al Debate de Culiacán - es un llamado de atención para todo el país, entre otras razones, porque confirma que la libertad de expresión, y aquella que permite a los periodistas determinar qué es noticia y qué no, se ve cada vez más amenazada. Pero también debe preocuparnos porque como saldo de este ataque ahora tenemos una de las declaraciones más notables de un medio de comunicación hacia el crimen organiado, al cual reconoce como interlocutor.

"Entendemos muy bien el mensaje que nos ha dejado la delincuencia organizada - dijo Francisco Cobos, director de Noticias de Televisa según la nota de Reforma - Yo creo que seguimos haciendo nuestro trabajo de la manera más eficiente posible, pero con las precauciones que este tipo de mensajes nos dejan."

"Señores de la delincuencia organizada, quisiera decirles que no queremos nada contra ustedes. Somos comunicadores, somos periodistas, nos dedicamos a informar, y tanto yo como mis compañeros no queremos estar en medio de esas balas que hoy hicieron impacto en nuestra empresa", dijo Cobos en una transmisión.

No juzgo las palabras del directivo quien no sólo debe velar por la calidad del trabajo que realiza sino que debe cuidar a la empresa y a todas las personas que laboran en ella, pero qué duro ver cómo cada vez es más difícil condenar de manera directa la actuación de estos grupos. Es el triunfo de la estrategia del miedo - que impone el silencio - y que sigue ganando terreno en nuestro país.

1 comentario:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

La otra censura

Hasta donde puede un hombre ejercer a plenitud sus derechos y libertades sin que éstas terminen oponiéndose?, es decir la libertad de expresión se opone, limita o se ve condicionada por el derecho a la seguridad y la vida?

Este conflicto teórico pone de manifiesto el fracaso del modelo de organización política, durante las décadas pasadas el principal opresor o límite del derecho a la información y la libertad de expresión era el Estado mismo, hoy día ello ya no resulta así, los ataques que se han suscitado recientemente contra distintos medios de comunicación regionales y subsidiarias de medios de cobertura nacional imponen nuevos retos al Estado, no basta con que este se abstenga y controle sus tentaciones de silenciar o condicionar el comportamiento y desempeño de los medios de comunicación, la acción del Estado tiene que extenderse a que los poderes fácticos de poder no limiten ni la libertad de expresión ni ninguno de los derechos o libertades consagrados de las naciones que se presumen democráticas. Ese y no otro es el reto de las democracias, impedir que la acción de agentes sean ilegales o legales confronten los derechos y libertades que han sido conquistado a lo largo de los siglos y de irrefrenable búsqueda de modelos de organización que permitan y faciliten el pleno desarrollo de los seres humanos.