viernes, enero 30, 2009

Vivir sin agua (Sobre los cortes al servicio y la mirada al futuro indeseable)

Foto de J.S.Zolliker

Algo hay de tenebroso en la restricción del servicio de agua que vivirá la zona metropolitana durante este fin de semana. No es la primera vez que ocurre, antes ya se ha presentado para darle mantenimiento al sistema y es un hecho que para muchas personas es una experiencia cotidiana enfrentar los problemas de abastecimiento. Lo atípico en esta ocasión es la causa, no se trata de un mal servicio público ni de un proceso ordinario, lo que pasa simple y sencillamente es que no hay reservas suficientes.

Lo que vamos a vivir es un intento por administrar un bien indispensable que hoy no existe en la proporción en la que estábamos acostumbrados. Para documentar el pesimismo ahí quedan las palabras de José Luis Luege Tamargo, director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que apenas hace unos días aseguró -según reportó El Universal - que México se dirige a una crisis irreversible en materia hídrica de no cambiar la tendencia negativa en el manejo del agua, que incluye el desperdicio, la falta de tratamiento de las aguas residuales y las fugas. Incluso agregó que estos cortes del Sistema Cutzamala, “son nada comparados con la magnitud del problema del agua”, dado que "en los últimos 50 años, dijo, se redujo la disponibilidad del líquido de 18 mil metros cúbicos por habitante a 4 mil 400."

Ya hay bastantes razones para que la gente esté preocupada: la situación económica, el problema de la inseguridad, etc. Pero quizá no estaría mal que en el contexto de este corte - con los efectos que tenga, que esperemos sean menores - aprovechemos la oportunidad para pensar cómo sería la vida sin agua para los millones que vivimos en el Valle de México. Tal vez así , los encargados de comunicar el tema tendrían más exito y los ciudadanos nos tomaríamos este problema con mayor seriedad.

1 comentario:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

El problema del agua

Hace más de veinte años había una campaña de cuidado del agua que se hizo famosa por que aparecía en él un niño obeso que decía Ciérrale, ciérrale! Dicho comercial que se ha hecho famoso y supongo a perdurado en la memoria de las personas mayores de 25 años por lo menos, hace unos años se trató de relanzar dicha campaña, donde se utilizaba a ese mismo infante, sólo que ahora ya en edad contemporánea.

La crisis del abasto del agua es una situación de la cual los especialistas y científicos se han encargado de advertirla desde hace mucho tiempo, sólo 6% del agua que cubre este planeta es dulce y de ese porcentaje habrá que reducir aquella que por contaminación o desperfectos en las tuberías se pierde.

La situación en el Valle de México, zona geográfica que concentra a 24 millones de habitantes, según estudios del gobierno de la ciudad y dados a conocer la noche de ayer en Canal 11, demandan y exigen la intervención gubernamental y de la sociedad en su conjunto, es cierto que no es un problema que descanse su responsabilidad total en las autoridades gubernamentales sean federales, estatales o locales (delegacionales y municipales), pero no se puede omitir la tolerancia que los gobiernos de todos los partidos en áras de conservar sus clientelas electorales toleran invasiones a zonas verdes, algunas denominadas áreas nacionales protegidas, las cuales tienen una función estratégica en la preservación del equilibrio en el entorno ecológico-ambiental y por supuesto en la recarga de los mantos acuíferos, zonas estratégicas en Tlalpan, Magdalena Contreras(parque de los Dinamos), Álvaro Obregón, Xochimilco y Tláhuac son ejemplos de la irresponsabilidad gubernamental que en la incapacidad de ofertar opciones de vivienda tolera y permite que se ocupen zonas verdes vitales para la subsistencia.
En este mismo orden de ideas, el sobre poblamiento de demarcaciones como Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Coyoacán, resultado del Bando dos del la administración capitalina 2000-2006 la cual además de resultar en un negocio de más de 11 mil millones de pesos, impactó en la calidad de vida y la capacidad de ofrecer servicios públicos básicos como agua y energía eléctrica que empiezan a faltar en dichas demarcaciones, resultado de la corrupción de violentar los programas delegacionales de desarrollo urbano algo de lo cual se ha carecido desde hace décadas en todas las grandes ciudades de este país.
De igual modo, habrá que responsabilizar a la sociedad la cual se ha mostrado desinteresada y hasta apática en el tema, es cierto que se movilizan para denunciar el desabasto de agua en zonas de este megalopolis, Iztapalapa, Venustiano Carranza y la zona oriente en su conjunto habitada en su mayoría por estratos sociales poco favorecidos son los que más acusan este falta de agua; sin embargo son las zonas donde mayor desperdicio se genera, por ejemplo en semana santa, la formación de una cultura de responsabilidad tanto en el ejercicio del poder, en tanto autoridad, como en la cultura cívica son los dos principales retos que se enfrentan, lograr que un gobierno aplique la ley y sea el encargado de preservar el orden, dejando de lado sus rentas electorales y sus clientelas será un primer paso en busca de un orden social que de viabilidad a la sociedad, mientras que la sociedad por su lado, requiere renovar los vinculos de interacción su envilecimiento es alarmante, el irrespeto a la ley, a la cual recurre la autoridad nada ayuda y por el contrario estimula el irrespeto, daña los vínculos de convivencia, no tirar basura que automovilista y peatón conozcan y respeten los reglamentos de tránsito, no tirar basura o evitar el desperdicio del líquido son los asuntos con los que los ciudadanos lidian diariamente, en tanto no corrijamos esto, la pauperización de la calidad de vida y la pérdida de los recursos naturales escasos con los cuales todavía se cuentan condenarán la vida de esta urbe.