lunes, marzo 02, 2009

El PAN a seis puntos de distancia del PRI.

El lunes pasado comentábamos en este espacio la encuesta de Reforma que le da al PRI una ventaja muy cómoda rumbo al 5 de julio (12 puntos). Hoy, Milenio presenta un panorama menos deprimente para los panistas. El gráfico sobre estas líneas lo resume y aquí la liga a la nota completa de María de las Heras.

1 comentario:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

El costo del no gobierno

Desde finales del año pasado y hasta principios de julio de este año, las encuestas sobre preferencias electorales inundarán los medios de comunicación de una lucha cerrada hasta en algunas donde el PAN superaba hasta por un par de puntos en preferencias electorales al PRI, vemos como semana a semana dicha tendencia se ha ido revirtiendo al punto de dar por descontado el triunfo del octogenario partido (si tomamos en cuenta que el PNR como abuelo del actual instituto político) y preguntarnos dos cosas de cuanto puntos, curules, será el triunfo del este partido y si dicho triunfo será un indicador seguro de las elecciones en el año 2012, lo cual todavía está por verse por dos razones, la política es de escenarios y entorno vigentes, lo cual no asegura que de esta fecha hacia el dos de julio de 2012 prevalezcan dichos escenarios y la correlación de fuerzas de la actualidad.
En lo que corresponde al PAN, bueno el ser el titular del poder ejecutivo desde hace poco mas de 8 años, comienza a cobrar fractura; sin embargo, como se hace mención en un libro de reciente publicación donde se abordan los saldos del ejercicio de los gobiernos panistas, más allá de los lugares comunes, de los escándalos, corrupción, yerros, omisiones, torpezas y demás desencuentros con la realidad del ejercicio del poder, más que un desencanto como la idealización de que los opositores de ayer (sean azules o amarillos) la cierto es que en el caso del PAN, su gestión tiene como característica y singularidad la medrosidad, es decir, la visión o vocación de servicio del PAN, como ellos mismos destacaban ha sido superada ampliamente por dos factores, el primero que tiene que ver con los valores y el envilecimiento de la vida nacional, donde sin importar la militancia asistimos al deprimente espectáculo de observar como los puestos administrativos y de función pública son secuestrados o empleados con una visión patrimonialista de este bien/servicio público, no importan los valores de izquierda, derecha o centro ni sus banderas y ideologías o valores, si es que tienen, políticos, todos han recurrido a los puestos públicos con el más firme propósito de salvaguadar su seguridad económica y sean en menos de dos años, tres o seis con voracidad y glotonería buscan la transformación de su calidad de vida, no sólo hablamos de funcionarios de la administración pública federal, estatal o local donde lo mismo los hijos y familiares cercanos buscan privilegios y negocios fructíferos o bien los mismos titulares de dichos puestos, como lo es el caso de quienes han ocupado las delegaciones de Coyoacán, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Tlalpan o Xochimilco súbitamente pueden acceder a mantener un tren de vida que les era ajeno antes de ocupar dichos puestos. Como vemos esa cultura patrimonialista o de enriquecimiento es quizás la única característica que emparenta y evita los distingos entre los partidos políticos y los funcionarios que de dichos institutos emergen.
Por otro lado, es innegable que en el PAN todavía no acaban de entender que el poder no es un privilegio o una prebenda y que su ejercicio demanda racionalidad, el poder es una responsabilidad y como tal debe de ejercerse, no hay premios o reconocimientos como tal, por el contrario las sanciones o sospechas son más comunes, de hecho hay una resistencia a asumirse como gobierno con lo que implica ello, de tal modo, que el PAN atraviesa por una crisis más emocional o de identidad por no terminar de romper posiciones y críticas; y transitar de oposición a compromiso en el ejercicio, la pérdida de la inocencia política es el paso que se han resistido los panistas a dar y lo que le ha costado mayores sinsabores y desencantos que sus yerros y omisiones como gobierno. Carlos Castillo Peraza en su libro Disiento, menciona que la sociedad por sí misma no se opone al bien común en abstracto, pero que era su materialización la que dificultaba su ejercicio y acarreaba mayores críticas, al PAN hoy le sucede algo similar nadie se opone a que se tomen medidas responsables como gobierno, lo que el PAN no quiere es pagar electoralmente los costos que dichas decisiones implican.
Del PRD vemos que se mantiene en su techo histórico y como he mencionado con anterioridad de ahí no se moverá, se escuchará cantos sobre la recuperación de este instituto político después del desastre de la estrategia postelectoral y que avanzan hacia el 2012, pero debido a la singularidad de este proceso INTERMEDIO, votarán las clientelas duras, los electores pasivos de los partidos que aun así demuestren su lado oscuro no lo abandonaran por que no se sienten identificados con las otras propuestas políticas, es decir, como los marchantes que asisten al tianguis y que no cambian de vendedor incluso si el de a lado tiene mejores precios.
La participación ciudadana es la incógnita de su grado de participación y desencanto podrían definirse las batallas legislativas hacia el 2012.