martes, abril 21, 2009

Obama invita a bailar a los Castro

-"Comunistas antidemócratas" - "Imperialistas yankees". Ese ha sido el "diálogo" entre cubanos y estadounidenses en las últimas cinco décadas, lo que le permitió al Gobierno de Fidel Castro mantener un discurso de unidad nacional que diluía el debate interno, bajo la premisa de que el enemigo estaba afuera, era poderoso y había que enfrentarlo como un sólo bloque. Hoy esa historia podría cambiar si funciona la estrategia del gobierno de Barack Obama que ha reconocido - en voz de su Secretaria de Estado, Hillary Clinton- que la estrategia seguida por su país ha sido un fracaso.
Por eso los guiños de las últimas semanas: la flexibilización para los viajes de los cubano-estadounidenses que ahora podrán ir con más frecuencia a la isla o la nueva política que facilita el envío de remesas a Cuba. Medidas que en sí mismas pueden valer mucho o poco, pero que deben ser entendidas como invitaciones a bailar, a cambiar la dinámica y a escribir una nueva historia. La pregunta es cómo responderá el gobierno de Raúl Castro. ¿Liberará algunos presos como solicitó el presidente Obama para mostrar que el deseo de diálogo va en serio?, ¿mandará alguna señal de que ven en Obama una oportunidad para abrirse al mundo? O por el contrario, ¿perciben en la nueva estrategia estadounidense una amenaza para el réginem, un caballo de Troya, una trampa que puede abrir la puerta al cambio y la inestabilidad?
La invitación está en el aire y todo indica que los tiempos no serán los de los medios ni los de los analistas sino los de la diplomacia (y hay que recordar que el reloj de los cubanos avanza a un paso más lento). En cualquier caso es evidente que estamos viendo un periodo de definiciones estratégicas y que Obama está extendiendo una mano. Veremos si encuentra quién se la tome o si lo dejan con la palma extendida.

1 comentario:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

Intercambio comercial, ¿detonate democrático?

Democracia y sistema de Mercado, es uno de los libros, en español editado por el Fondo de Cultura Económica, más consultados recientemente mediante el cual se analiza que la economía, en este caso el capitalismo es un determinante importante y estratégico en la conformación de los sistemas políticos y que a su vez éstos son determinados por la definición y concepto que las sociedades tengan de la libertad. Libertad e igualdad son quizá los dos conceptos políticos a lo largo de los cuales la teoría política se ha articulado por lo menos en el último siglo, dos conceptos mutuamente excluyentes si de establecerlos como valores primigenios se trata, ya que por sus características y las diferencias naturales derivadas de los sujetos se trata siempre uno prevalecerá en detrimento del otro, que conviven no hay duda, pero se requiere de equilibrios frágiles para que su convivencia reditúe en mecanismos de desarrollo y eleve la calidad de vida de las sociedades, durante el siglo XX, esa fue la gran disputa, en términos teóricos e intelectuales, de la confrontación libertad de los regímenes occidentales, versus igualdad de los regímenes social-comunistas, hoy observamos a la distancia que ha sido el intercambio económico, la posibilidad de que se acceda y se tenga conocimiento de otros modelos de vida, de otras aspiraciones y la apertura, libertad, para acceder a otras fuentes de información lo que en términos reduccionistas término por envenenar y derrumbar las fronteras que la carrera armamentista, los sabotajes y la lucha en el escenario internacional por el liderazgo mundial no pudieron.
El caso de la relación Cuba-Estados Unidos ha estado marcada por el conflicto militar, la crisis de los misiles y bahía de cochinos, así como las múltiples conspiraciones para asesinar los liderazgos políticos mutuos y por el embargo comercial que se mantiene sobre la isla. El cual, sólo ha servido como factor unificador al interior de la isla y panacea exculpatoria de las deficiencias del régimen castrista. Las presiones de los "gusanos", cubano-americanos, por que se corte cualquier intercambio comercial sobre los gobiernos estadounidenses nunca comprendieron que dicho embargo lo único que generaba era el pretexto político perfecto para que los Castro se perpetuaran en el poder, la cancelación del comercio no sólo cortaba las vías de flujo económico hacia la isla, sino que condenó a que los cubanos pudieran acceder a otras fuentes de información a que conocieran otros modelos de vida, a que la futilidad y banalidad de la vida capitalista y consumista no penetraran y contaminaran la ideología revolucionaria, este cercenamiento además de ser un fracaso, cuantos mandatarios estadounidenses no disfrutan un buen habano cubano, gusto llevado al exceso lúdicosexual con Clinton, de modo que dicho embargo ha sido el principal promotor de la permanencia de los Castro quienes a sabiendas de que el acceso a la información y el conocimiento de otros modos de vida son la principal amenaza a los logros revolucionarios han cortado e impedido por todos los medios la filtración masiva de estos modelos, la cancelación del acceso a internet o su restricción a la consulta de ciertos contenidos esta penada severamente en la isla, el caso de la blogera cubana, es sólo un claro ejemplo de ello. Los Castro se han convertido como todo régimen dictatorial en los enemigos de su propio proyecto, su incapacidad para reinvertarse e insertarse en el siglo XXI amenazan sus innegables logros revolucionarios, saludo y educación banderas por excelencia, ellos mismos son los promotores y saboteadores de la apertura cubana, creen que en el aislamiento su poder nunca perecerá y mientas esa sea la lógica cualquier muestra de avance o relajamiento comercial será dinamitado a la menor provocación de intentos contra la soberanía cubana para determinarse a sí mismos. Ellos han resistido 50 años de acoso y exclusión y curiosamente su inclusión en el mundo comercial puede ser el mejor antídoto contra su sistema, por lo cual no habrá que albergar esperanza de que la zanahoria ofrecida por Estados Unidos de lugar detone la libertad de mercado esencial y básica en los sistemas democráticos.