lunes, abril 25, 2011

“Es la seguridad, estúpido”

(Texto publicado en la revista www.frente.com.mx)

Los políticos y sus equipos son conocidos, en México y el mundo, por su capacidad para hablar, hablar y hablar. Pero no todas sus palabras pasan a la historia... o al menos se ganan una entrada en la famosa Wikipedia. Es el caso del título de este texto y que remite a un momento clave en la historia reciente de los Estados Unidos cuando Bill Clinton enfrentó y venció a George Bush luego de la primera guerra del Golfo. La clave de su triunfo, allá por el año 1992, fue el tino de uno de sus asesores - James Carville – de colocar un cartel en el cuartel de campaña con tres ideas, una de las cuales era: “la economía, estúpido”.

Concepto que fue remarcado una y otra vez en la disputa presidencial para mostrar a los electores que el aspirante Demócrata sabía qué era lo que le importaba a los ciudadanos y cuál era la principal demanda que se tenía que atender. Hoy, en el México de 2011, y en especial de cara al proceso de 2012, la frase escrita en cada oficina de campaña debiera ser: “es la seguridad, estúpido”.

Porque si uno mira lo que ha pasado en México en las últimas semanas encontrará un conjunto de manifestaciones: grandes, pequeñas, nacionales o locales, muy organizadas o espontáneas. Expresiones todas de una sociedad que cada vez se muestra más cansada de sentir que su país, sus ciudades, sus calles, ya no son suyas porque hay otros que se las han arrebatado.

No es, como a veces desde los medios se retrata, que el tema de la inseguridad sea el único en la agenda pero sin duda si es uno de los más importantes porque en función de su arreglo se pueden detonar muchos otros como el del crecimiento económico – por turismo, inversiones, nuevas empresas – y el de la propia calidad de vida.

Por eso tendría que ser prioridad para todos aquellos que aspiran a la sucesión presidencial. Pero no se ve. A Enrique Peña Nieto se la ha escuchado muy poco en este tema, y el problema de inseguridad en el Estado de México es ya un motivo de preocupación. Marcelo Ebrard, otro aspirante, ha pretendido vender la imagen de la capital como una zona casi libre de los cárteles pero en los hechos no está claro que sea así, como tampoco es visible una política eficaz de contención, ni es evidente cuál sería su postura para atender el problema a una escala nacional. Y lo mismo podríamos decir de Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador, Santiago Creel o cualquier aspirante de los principales partidos políticos.

Mala señal. Porque en vez de presentarnos propuestas concretas corremos el riesgo de que nos quieran vender algunos mitos: es la guerra de Calderón, terminando su sexenio se acaba la violencia; el próximo gobierno negociará con el narco y viviremos en paz; es culpa de la pobreza en el país generada por el modelo económico, atendiendo ese problema llegará la paz al país.

Si bien a todos nos encanta la idea de que la solución puede ser tan milagrosa como los productos que nos ofrecen en la televisión, la realidad contada por los especialistas muestra que no es así. Ni es un problema de una persona – así sea el Presidente – ni hay condiciones para que grupos millonarios y poderosos decidan pactar con un estado evidentemente débil, ni basta con reforzar los programas sociales para que las mafias dejen de operar en el país.

Se trata de un tema mucho más complejo que requiere preparación, estudio y seriedad por parte de las autoridades, en especial por aquellos que pretendan despachar desde Los Pinos.

Así que más allá de las estrategias que cada aspirante nos quiera vender – y que ya analizaremos en su momento en este espacio – los ciudadanos tenemos que tener claro que es la seguridad el tema que debemos exigir y analizar.

Twitter.com/mariocampos

1 comentario:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

las estrategias de combate al crimen y reducir los niveles de inseguridad guardan una peculiar relación en el entorno político, los saldos del combate necesario al narco están a la vista de todos, alrededor de 35 mil muertos, fosas clandestinas, secuestro de migrantes y camiones de transporte alteran y sacuden la opinión pública, enfrentamientos y bloqueos viales en Monterrey, CD Juárez, y diversas zonas de Tamaulipas alteran la vida cotidiana de los ciudadanos, la llenan de temor y la tienen hasta el hartazgo, el rencor, deficiencias de comunicación se han encargado de polarizar las opiniones y minimizar el análisis del combate al crimen, la penetración y los niveles de corrupción en las instituciones encargadas de su combate dificultan la lucha, amén de las limitaciones tecnicas, la escalada de armamento, la sujeción a una ley para su combate por parte de las autoridades y plenas libertades de los criminales, así como el irrestricto respeto a los derechos humanos dotan a este tema de enormes aristas, en lo personal creo que hace mucho cruzamos nuestro rubicón, y no hay vuelta atrás la violencia y el combate seguirán es una lucha del Estado, no de un gobierno, no de un partido, no se puede permitir que bandas crimanles controlen y ordenen las dinámicas de interacción de localidades y regiones geográficas completas de este país.