domingo, mayo 01, 2011

Se buscan anticuerpos

(Texto publicado en la revista www.frente.com.mx)

Hace un par de años México vivió una pandemia – la de la influenza AH1N1 – que recordó a todos la importancia de tener vacunas, planes de emergencia y equipos suficientes para hacer frente a una emergencia. Ahora, dos años después, el país enfrenta una amenaza similar, sólo que los virus son de diversa naturaleza y no parece que estemos listos para hacerles frente.

¿En qué consisten? Uno de ellos, de los más contagiosos, es el que infecta a la gente con la idea de las soluciones milagro. Si bien el bicho tiene varias presentaciones la lógica es la misma: si se fuera Elba Esther Gordillo del SNTE la mejora de la educación de los niños sería inmediata; si Calderón decide detener “su guerra” al narco, la violencia disminuiría en automático; si llegan Peña Nieto o López Obrador al poder el rumbo nacional comenzará a mejorar.

El esquema puede variar pero como todo producto milagro parte de que basta con cambiar una sola pieza – colocarte unos tenis, un parche o una pulsera – para que todos aquellos males que te aquejan desaparezcan de la noche a la mañana.

Otro de los virus es el de la confrontación. Triste conocido de tiempos recientes que se ve ansioso por volver. Lo vemos en los discursos de López Obrador que achaca todos los males del país a Felipe Calderón, en los priístas dispuestos a lucrar con la pobreza sin asumir ninguna responsabilidad sobre su papel histórico o reciente, y en los mensajes presidenciales que confrontan a quienes le critican sin antes dar señales de que entiende el dolor de quienes le piden respuestas distintas a los problemas nacionales.

La crispación es sin duda una de las peores amenazas porque ya hemos visto que tiene caldo de cultivo en el cual crecer. Se estimula desde la derecha y desde la izquierda, desde los medios conservadores y desde los liberales, desde las calles y desde las Cámaras, y la experiencia en el país es que nada bueno sale cuando desde el poder se apuesta a la división como la vía para ganar elecciones.

Por eso hacen falta anticuerpos: ciudadanos que frente a los que quieren vender las soluciones inmediatas, recuerden que los temas siempre son más complejos y las soluciones requieren de tiempo; que ante los discursos que pretendan satanizar a quienes piensan diferente, seamos capaces de construir puentes de entendimiento; que frente a los que busquen convencernos de que nosotros somos los que estamos divididos y confrontados, recordemos que generalmente son “ellos”, los grupos de poder político y económico, los que se enfrentan, casi siempre para llegar al final a un arreglo en que resuelven sus diferencias y somos los ciudadanos los que terminamos peleados.

Esos anticuerpos hacen falta en las universidades, que deben conservarse como espacios de diálogo y nunca de intolerancia; en los medios de comunicación, que bien pueden servir como puntos de encuentro y de comprensión de la complejidad y no sólo como campos de batalla ni propagadores de soluciones milagro; y en especial, hacen falta en los espacios de conversación ciudadana como las redes sociales, en las que siempre será más popular el que provoca que el que modera, pero que ahora como nunca demandan personas capaces de tomarse unos minutos antes de entrar a una guerra de insultos, con la sangre fría para valorar una noticia o comentarios antes de redistribuirlo.

Las señalas de que el ataque de los virus viene con todo están a la vista. Veremos si somos capaces de contenerlos a tiempo.

Twitter.com/mariocampos

2 comentarios:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

sin tejido social

Una de las tareas indispensables para incoular la anomia, la falta de un orden o contrato que permita regular las interacciones entre los sujetos, desde hace años, la falta de oportunidades, el rencor, las campañas negras, la revancha y la venganza son el pathos de nuestra sociedad, entre las héridas abiertas, el rencor y falta de madurez de todos nuestros actores políticos, tanto lo que comenzaron las campañas negras, como quienes sin tener la estatura moral y política viene medrando con ello y no les importa más que el acceso al poder aun dividiendo a la sociedad, pero los ciudadanos no estamos ajenos a esta dinámica, somos los principales responsables al tener sólo boleto de espectador y no como actores capitales de la construcción de nuestro entorno social y cotidiano...

Francisco Kuri dijo...

Siguiendo con tu analogia, el diagnostico mas probable es que en este pais sufrimos de una enfermedad autoinmune. Los anticuerpos son la primera linea de defensa, pero en realidad todo nuestro sistema inmune ( corporaciones policiacas, camara de senadores y diputados, ciudadanos...) todos estamos enfermos de un mal terrible: corrupcion agravada por una ignorancia rampante!