lunes, septiembre 26, 2011

Contra el cinismo

¿Se puede cambiar al país? ¿es posible reunirse con un diputado o una senadora y decirle lo que necesitamos los ciudadanos? Apuesto a que la mayoría de los lectores dirá que no, que en México los políticos son ajenos a lo que nos preocupa y que eso de influir en el Congreso está reservado para los grandes poderes. No culpo a quien así lo crea pues eso se han empeñado en hacernos creer.

En nuestro país la mayoría de los mexicanos nos sentimos ajenos a la política. Su sola mención provoca bostezos y afirmar que alguien hace política es condenarlo a la sospecha inmediata. Creencias que sin duda tienen una dosis de sustento en la realidad pero que también se ha exagerado desde los medios una y otra vez. Envueltos en la supuesta bandera de la denuncia valiente, los medios están llenos de opinares que aseguran que todos los políticos son iguales y que mejor ni intentar dialogar con ellos porque de todas formas ni caso nos van a hacer.

Lo paradójico es que el saldo de esa lógica es que justo fortalece lo que se supone que pretende denunciar. Porque si nos alejamos de la política, el resultado es que las cosas sigan tal y como están. Por eso, en vez de caer en el lugar común de afirmar que actuar sirve de poco, vale la pena poner atención a todas las historias de éxito que se han presentado en el país en los últimos tiempos. Si bien el caso más emblemático es el del freno al impuesto a internet con la bandera de #InternetNecesario, ahora podemos agregar el caso de la #Ley5deJunio,que establece un nuevo marco legal para la operación de las guarderías en el país.

Impulsada por algunos de los padres de las víctimas del incendio de la GuarderíaABC de Hermosillo, en Sonora, y por el empuje de activistas como Daniel Gerherson (@Alconsumidor), la ley retoma buena parte de sus denuncias y ofrece mejores condiciones de vida para miles de familias. La ley es resultado del trabajo de meses, de tocar puertas en el Senado y en la Cámara de Diputados, para que los legisladores entendieran la importancia del proyecto. Y después de batallar, empujar el tema en redes sociales, hacer antesala en medios y en oficinas de políticos, los promotores de la ley lograron su propósito. Se trata de un caso digno de aplaudir.

Como también lo fue todo el cabildeo realizado por usuarios de internet, ciudadanos preocupados por la neutralidad de la red que lograron que el Senado mexicano fijara su postura en contra de un acuerdo contra la piratería que había sido negociado por el Poder Ejecutivo (#ACTA). Los activistas – que en su mayoría son personas comunes y corrientes, que no están de tiempo completo dedicados a la acción política –lograron ser escuchados por el Legislativo de tal forma que con el apoyo – una vez más – de redes sociales, medios tradicionales e interlocutores sensibles dentro del Congreso, lograron detener un tema que incluso tiene dimensiones internacionales.

Y la misma historia ha ocurrido en otros rubros: ley contra secuestradores, matrimonio entre personas del mismo sexo, reconocimiento del derecho al agua, y esperemos, con algunos puntos importantes de la reforma política.

El común denominador en estas historias es que fueron grupos de ciudadanos los que incidieron en la discusión. Que no obstante las resistencias y los grupos de poder contrarios a estas medidas, los activistas fueron capaces de sacar adelante una agenda. Y que contra lo que nos decimos todo el tiempo, también existen actores políticos dentro de las cámaras que son capaces de servir como aliados de esas luchas pues finalmente sin sus votos no serían posibles estas leyes, ya sea aprobarlas o frenarlas.

Ya son muchos casos como para creer que son hechos aislados. La evidencia muestra que sí es posible incidir pero ello requiere que seamos conscientes de la viabilidad de estas luchas. Dejemos de creer que no hay nada que hacer porque ese argumento es inútil, y por fortuna, falso.

En unos años tal vez nos demos cuenta de estos procesos que hoy está viviendo el país y reconozcamos el papel de muchos ciudadanos que hoy están dando grandes batallas, y lo mejor de todo, es que muchas de ellas las están ganando.

Twitter.com/mariocampos

2 comentarios:

Maese Palma dijo...

Estoy de acuerdo.
Creo que no podemos seguir pensando que no hay formas de incidir en la política, que debemos de ser mas críticos e intentar fomentar un cambio desde nuestras esquinas profesionales (y más allá).
Al mismo tiempo, creo que también hay que poner acento en que los ejemplos que pone, son hechos que han estado acompañados por oídos atentos y voces importantes. Existen muchos otros temas que, no estando presentes dentro de la opinión pública, valdrían la pena resaltar y empujar por un cambio.
Yo creo, escépticamente (por paradójico que suene), en las redes sociales. Ya que aunque son sumamente importantes a nivel mundial, considero que en México nos falta trascender éste ámbito al de la acción política (en otros países las redes sociales pueden congregar miles de personas. Sólo por mencionar un hecho, aquí con lo pasado en el Casino Royale sólo se lograron reunir 200 personas en Reforma).
Una opinión al respecto la compartí en mi blog hace algunos días (http://bit.ly/piexwn). En donde comparto su argumento general, acerca de que no podemos seguir pensando en que no podemos hacer nada.
Sin embargo, también hay que pujar por alternativas de participación ciudadana por medio de las vías institucionales. Aunque es necesario pensar en una reforma política más profunda y mejor estructurada que la actualmente propuesta.
Las vías de participación ciudadana "legales" actualmente están condicionadas a que la autoridad llame a la participación (al menos en el caso del Distrito Federal). Lo cual es también paradójico, debido a que la misma debe de venir desde abajo.
Esto no quita que en los ejemplos expuestos en su blog, sean hechos que hay que seguir y tomarlos como ejemplo para pensar en formas de presionar a nuestros "representantes" para instrumentar cambios importantes.

David Palma

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

como siempre he sostenido la política no es sólo lucha por el acceso, conservación o incremento del poder, la política es diálogo, es conversación es debate, diría hanah arendt, se van dando pasos, pero también el movimiento voto nulo es muestra y advertencia de que la sociedad rechaza a los políticos sean de la militancia que sean se necesita una mejor sociedad más informada y dispuesta a paricipar ese es el reto como bien comentas...