sábado, septiembre 03, 2005

El poder de los blogs

La pregunta no podría ser más atractiva: ¿Tienen poder los blogs? Me imagino que en esto, como en casi cualquier otro tema, la respuesta dependerá de a quién le preguntemos. “Por supuesto que sí”, diría algún experto en la materia, que con muchas horas de vuelo haya experimentado el placer de escribir y ser leído por cientos, quizá miles de personas, sin tener que pasar por los medios de comunicación convencionales.

Frente a ese entusiasmo, no faltará quien con toda franqueza nos pregunte qué diablos es un blog, lo que nos daría una idea muy clara de cuál podría ser su respuesta. Sin embargo, más allá de las opiniones personales hay algunos elementos que nos pueden dar una pista para encontrar una respuesta que se sostenga, lo mismo frente a los entusiastas que ante los escépticos. En ese sentido mi respuesta es sí, los blogs tienen poder, aunque hasta ahora sólo sea – en la mayoría de los países – de manera potencial.

¿En qué baso mi entusiasmo? Fundamentalmente en tres factores que al menos en el papel, le conceden un rol distinto a los weblogs frente los medios y actores que hasta ahora conocíamos. En primer lugar los blogs son importantes porque rompen el monopolio de la voz pública. Sabemos que eso ha venido de la mano del internet, que ha permitido que cualquiera que cuente con una computadora en red, pueda convertirse en un potencial emisor de información.

En ese sentido los blogs no parecen aportar una diferencia de fondo con respecto a los sitios normales pero si de forma, lo que en esta ocasión termina por convertirse en un cambio de fondo. La facilidad con la que se puede crear y mantener una bitácora, es un parte aguas porque rebaja la barrera de entrada al ciberespacio, a niveles nunca antes vistos.

El complemento natural a este fenómeno es que se multiplica exponencialmente el acceso a la información. Un empleado inconforme, un funcionario insatisfecho, el protagonista de un accidente, todos, pueden pasar de ser simples testigos a potenciales emisores. Si a esto le sumamos el boom de las cámaras fotográficas en los celulares, tenemos una combinación explosiva. Por si fuera poco, el auge de los blogs se ve acompañado de dos fenómenos que aumentan su poder: el incremento en el manejo transparente de la información pública y privada, vía sus web y las leyes de derecho a la información - lo que rompe el monopolio que tenían los periodistas profesionales – y la creciente disposición de las llamadas “fuentes” – políticos, empresarios, artistas, deportistas, etc. – a reconocer a los autores de blogs como interlocutores.

Aunque de otra naturaleza yo añadiría un tercer factor: cuando los blogs alcanzan un número importante, sobretodo en países o sectores especializados, terminan por convertirse en verdaderos vehículos de expresión de lo que solemos llamar la opinión pública, ese ente abstracto que pretender ser la voz de lo que una sociedad piensa con respecto a un determinado tema. Si bien hasta ahora las encuestas y las movilizaciones sociales funcionaban como el principal canal de expresión, ahora la blogósfera puede servir como ese termómetro como ya lo están reconociendo diversas empresas de relaciones públicas.

No sólo porque permiten saber qué piensa la gente, sino porque es un sistema social en si, con líderes de opinión, circulación de información, difusión de boca en boca (o en este caso, de blog en blog), etc.

Hasta aquí tenemos suficientes elementos para entender en dónde puede residir el poder de los blog, pero eso no nos resuelve la otra pregunta importante, ¿tiene poder mi blog?

Quizá me equivoque pero creo que para saber el peso de una bitácora en particular podemos usar los mismos elementos que consideramos para medir el valor de un medio de comunicación. En ese sentido yo propondría cuatro preguntas:

¿Quién lo hace? Por fortuna, en la blogósfera la respuesta no se limita a la notoriedad previa del emisor. No significa que deba ser famoso, pues. Pero sí hay circunstancias que determinan su peso. ¿Es el líder de un sector económico, político o social? ¿Es el testigo del más reciente ataque terrorista? Lo que quiero decir es que el quién, es relevante pues le otorga más credibilidad e impacto a sus palabras.

¿Quién lo lee? A veces para tener poder no es necesario que te escuchen muchos, basta con que sean los adecuados. ¿Te leen los que toman decisiones? Entonces estás en el camino correcto.

¿Cuántos lo leen? Evidentemente, el tamaño de la audiencia también cuenta, aunque creo que son muy pocos los blogs realmente influyentes porque los lea mucha gente.

¿Qué capacidad tiene para fijar la agenda? Sin duda todos conocemos a algunos autores que tienen la capacidad de colocar un tema. Si lo que escribes termina siendo reproducido en decenas o cientos de blogs, entonces creo que puedes sentirte satisfecho. Aunque no debemos limitarnos a la blogósfera, finalmente los blogs que son retomados por los medios convencionales, bien pueden presumir su poder.

Por último yo diría que hay dos grandes elementos que pueden contribuir a que aumente el poder de los blog. El primero, que la blogósfera crezca en autonomía. ¿Qué quiere decir eso? Que aumenten los blogs, en general y por sector, para que adquieren la masa crítica necesaria para ser una auténtica expresión de la opinión pública y no sólo la posición de unos cuantos. Significa también que se consolide la lectura de los blogs como un espacio complementario o incluso independiente de los medios tradicionales. Que se vayan consolidando los líderes de opinión, etc.

El segundo factor es que vaya madurando el reconocimiento a la blogósfera y en ese sentido, se sumen actores que tienen peso fuera de la misma; que los tomadores de decisiones, las fuentes de información y los medios de comunicación, consideren a los blogs como interlocutores válidos.

En el caso mexicano yo diría que los blog todavía no tienen poder, sin embargo, se están dando las condiciones para que eso cambie, pues poco a poco se van presentando los elementos que ya he descrito. Con esa confianza es que creo que el 2006, será el año en el que se avance realmente en el reconocimiento a los blog como actores reales de poder.

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