martes, octubre 25, 2005

Rumbo al 2006

“¿Cómo van las campañas?” Me preguntó ayer una amiga que lleva algunos años viviendo fuera del país. Esta fue mi respuesta:
“Andrés Manuel va muy bien. Acumuló un importante capital de imagen durante su paso por el GDF. Estableció vínculos muy fuertes con sus seguidores, y desde que salió del gobierno se ha enfocado en la política estatal. No pinta en los medios, pero está tejiendo localmente. A eso, súmale que se está rodeando de un grupo de notables que espera le atraigan votos no perredistas. Nada mal, luego de las críticas que recibió por el perfil de su primer círculo, buenos operadores políticos pero todos ligados al PRI y en algunos casos a Carlos Salinas.”

“Madrazo lo que tiene es que ha logrado hacerse del PRI – desde el 99, me recordó mi amiga – en efecto, desde entonces trazó un plan muy claro: hacerse del partido, de ahí la candidatura y de ahí a la Presidencia. La ruta va bien. Aún no termina de resolver los conflictos internos, aunque ya no hay margen para que los disidentes le cambien las condiciones del juego, al menos, dentro del PRI.”

“¿Y en el PAN? Felipe empieza con el pie derecho.” Ayer ya no lo comentamos, pero Calderón ha entendido que para ganar la Presidencia se requiere un frente amplio. Si logra la alianza con Elba Esther y su partido (Nueva Alianza), Convergencia y algunas figuras ajenas a la política, puede armar una “coalición” que le de la pelea al PRI y al PRD. “Fox jugará más como lastre, ¿no?”, pronosticó mi amiga. “No lo creo. Al contrario, el reto de Fox es usar su popularidad, que sigue siendo alta, para apoyar al PAN. “

Sin duda, todo esto está ya ocurriendo aunque aún no se puede ver en las encuestas, que no dejan de ser fotografías del momento.
Todavía estamos por ver muchas cosas en este proceso electoral, y no será sino hasta semanas antes del 2 de julio, cuando esté claro el escenario en el que los electores tendrán que hacer su elección. Cualquiera que en este momento asegure que ya está resuelta la carrera por la Presidencia, peca de optimista o de pesimista, según sea el caso. Y si no me creen, ahí están los recientes ejemplos de España y Alemania, en donde las tendencias y el resultado de la votación cambiaron en apenas unos pocos días.

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