sábado, noviembre 05, 2005

¿Quién diablos es Maradona?

Sé a lo que me expongo. Renacido de sus propias cenizas, el Pelusa lleva unos meses de fábula. No sólo recupero su figura, su salud y su presencia pública, sino que se ha reinventado, primero como conductor de televisión y ahora como la nueva estrella del movimiento anti Bush.

Diarios de todo el mundo así lo consignan: Diego Armando, junto a Hugo Chávez, Evo Morales y Silvio Rodríguez, encabezando un movimiento que dice no al Imperialismo Yankee. ¿Qué medio puede resistir esa combinación de celebridades? Ninguno por supuesto.

Pero a riesgo de ser abucheado: ¡¿qué diablos hace ahí Maradona?! Es más, ¿quién es Maradona?

Ya sé, ya sé, uno de los más grandes jugadores en la historia del futbol. Nada menos que eso. Un icono del deporte, una figura global, y para muchos en su país, un hombre que colocó muy en alto el nombre de su nación. Eso, por supuesto, nadie se lo puede regatear.

Pero de ahí a ser la figura estelar del movimiento anti George Bush, yo veo una enorme distancia. Parto, por supuesto, de que la política no es monopolio de nadie, mucho menos de los políticos, pero no veo cuál es la aportación que hace Maradona cuando se mete a hacer política. ¿Atraer reflectores sobre el movimiento? Bien...¿y luego?

Porque lo que le hace falta a la Argentina, a México, a Latinoamérica y al Mundo, son liderazgos reales y no nuevos rostros para las camisetas de los activistas.

Hace algunas semanas
escribía en este espacio sobre el libro “Rebelarse vende, el negocio de la contracultura”, que justamente advierte sobre esa especie de militancia que no genera propuestas, y sólo se limita a las descalificaciones.

Lo más sorprendente – para mi, al menos – es que muchos le conceden a Maradona más legitimidad que la que tienen los propios presidentes. ¿Porqué es popular?

Sé que vivimos en una sociedad que permite la movilidad de un sector a otro con gran facilidad (Hummer, el fabricante de autos avalando computadoras superresistentes; Paris Hilton vendiendo perfumes, etc.), pero creo que debemos tener cuidado con el paso de las celebridades, se llamen Maradona, Ricky Martín o Bono, al mundo de la política, si es que no van acompañadas de un respaldo que los dote de contenido, porque de otra forma nos queda sólo el espectáculo carente por completo de alternativas reales.

Imagino que algunos no compartirán mi postura, pero me resisto a aclamar a Maradona como la figura política del momento. Ojalá me equivoque y el asunto vaya más allá de una simple anécdota, pero para serles franco sospecho que con liderazgos de ese tipo no vamos a ir a ninguna parte.

PD. Que triste que los medios mexicanos dieran más espacio a este tema, que al acuerdo de 10 presidentes latinoamericanos para construir una programa de energía común para México y Centroamérica. Eso les pasa por no invitar a Rafa Márquez, Hugo Sánchez, Javier Aguirre...

3 comentarios:

Feche dijo...

Parece que no sabes lo que es el FANATISMO POR DIEGO aca en argentina.
Lamentablemente el fanatismo supera todo, diego aca es dios y todo lo que el diga o haga es palabra santa.
Soy fanatico y creo que maradona es una de las personas mas alegria me dio en mi vida sin dudas, pero solo eso (que no es poco). De ahi a hacer politica creo que no es lo correcto, pero bueno es una opinion personal y a un fanatico no se lo podes hacer entender.
Fede
(Rosario, Argentina)

Unknown dijo...

Acabo de encontrar tu blog, mediante un vínculo en Síndrome de Estocolmo
La verdad sólo pude leerlo superficialmente, pero me parece un weblog con buen contenido te seguiré la pista.
Un Saludo,
:)

Unknown dijo...

Y estoy totalmente de acuerdo con oscar, pues es sabido que la mayoría de la población en México casi siempre estamos en desacuerdo y disconformes con nuestros gobernantes y su forma de hacer política y diplomacia (en este caso).
Un saludo,