lunes, octubre 02, 2006

El espectáculo político (de las estrategias de los partidos políticos)

(Artículo publicado en Excélsior el 30 de septiembre)

Como espectadores de un encuentro deportivo, los mexicanos somos testigos de la guerra de estrategias que día a día llevan a cabo diversos actores, siempre con la mira puesta en obtener, retener o ampliar su poder, trilogía básica de la lucha política. Y en esas batallas cada quien despliega el que considera es su mejor juego.

Para el equipo de Felipe Calderón, por ejemplo, el nombre del planteamiento es “pasemos la página”. Convencido de que el tiempo es su mejor aliado, el Presidente electo apuesta por la necia normalidad. Y frente a aquellas voces que aún hablan del conflicto postelectoral, responde con la imagen de un proceso de sucesión en marcha. En esa lógica, es que desde la oficina de Felipe Calderón deben celebrar el crecimiento del deporte sexenal de las quinielas. Cada vez que un medio especula con los nombres del futuro gabinete, en el cuartel panista deben sonreír pues al menos en este caso la cultura política también juega a favor de las instituciones.

Y en ese mismo sentido es que se presenta la primera gira internacional del Presidente electo. Durante el recorrido que hará desde el próximo lunes hasta el viernes, Calderón tratará de utilizar el frente externo como un arma interna; y si en México hay quienes le regatean su estatus, en el extranjero no habrá quien dentro del protocolo le ponga mala cara al Presidente electo de México.

Felipe Calderón visitará Guatemala, Costa Rica, Colombia, Chile y Brasil. Con la intención de empezar a construir puentes pero también para mandar mensajes hacia el interior, sobre todo cuando el “espurio” sea recibido por los gobiernos de izquierda de Bachelette y de Luis Ignacio Lula Da Silva, con quienes gustoso se tomará la foto para demostrar que el rebase por la izquierda no sólo se intentará dentro de nuestras fronteras. Pero sin duda, uno de los movimientos más importantes desde el 2 de julio ha sido la presentación de su agenda legislativa, que aunque fue minimizado por sus interlocutores en el Congreso, en los medios encontró cobijo como dejaron de manifiesto los muchos titulares de prensa dedicados a las propuestas del futuro Presidente. Visto así el panorama, la estrategia de Calderón –aunque lenta - va caminando.

Se trata de malas noticias para el Partido de la Revolución Democrática y Andrés Manuel López Obrador, cuya apuesta es exactamente la contraria. Si el PAN necesita de la normalidad, en el PRD requieren de lo extraordinario, de la irrupción y de lo discontinuo. Todo, porque el nombre del juego perredista es “no pasarán”. Para los estrategas perredistas la palabra clave es no. Por eso, amenazaron al Presidente Fox con impedir su asistencia al Senado para la entrega de la medalla Belisario Domínguez; por eso irrumpieron hace unos días en sucursales de Wall Mart, y precisamente por ello, intentaron clausurar simbólicamente la oficina de Felipe Calderón, como para mostrar que no habrá manera en que pueda gobernar.

El objetivo es impedir que las cosas fluyan. No obstante la estrategia no parece ser la mejor pues no es fácil ir contra la corriente. Ahí están para demostrarlo las declaraciones de Raúl Ojeda, candidato perredista al gobierno de Tabasco que apuñaló a Andrés Manuel López Obrador al declarar que en caso de ganar, tratará institucionalmente con el Presidente Felipe Calderón. Ojeda no es un traidor pero tampoco un suicida, y sabe que si quiere remontar los puntos que tiene de desventaja, necesita transmitir confianza a los electores y no proyectar la imagen de un potencial gobernador que negociará sus presupuestos con el Secretario de Hacienda del “presidente legítimo”.

La actuación de Raúl Ojeda debió ser una señal muy evidente de que algo está mal en la estrategia, pues exhibió que el actual discurso no sirve para acercarse al poder, y eso, es letal para un partido político que aspira a seguir siéndolo.

Peor aún cuando el Sol Azteca ve como es rebasado por el gran perdedor del pasado 2 de julio: el PRI. Fieles a si mismos, los priistas están demostrando que saben leer la coyuntura y que si se trata de ejercer el poder – mucho o poco – ellos pueden ser los titulares de la cátedra. Concientes de la debilidad del PAN y del lastre que viene cargando el PRD, están exhibiendo un pragmatismo que para muchos puede ser cínico pero que en términos estrictamente de eficiencia política, no podía ser mejor. Ahí está su ganancia en las comisiones del Congreso como muestra de su efectividad.

¿Y en medio de todos estos juegos cómo nos va a los espectadores? Aún es muy pronto para hacer balances pero no está mal que el sistema en su conjunto reconozca más a los que van por el sí, que a los que apuestan por el inmovilismo. Con el discurso actual del PRD y sus aliados sindicales, quizá puedan retener a sus simpatizantes. No obstante, llegará el momento en el que entiendan que si lograron crecer tanto en la última elección, se debió a que presentaron una oferta atractiva para los electores usualmente ajenos al Sol Azteca. Cuando entiendan que la batalla es por las mejores propuesta y por colgarse las medallas, empezarán a ganar aplausos del público y con ello todos saldremos ganando. Por lo pronto, que siga el espectáculo.

macampos@enteratehoy.com.mx

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