lunes, octubre 05, 2009

"Habrá una explosión en la plaza"

"Que la gente no asista al Grito porque habrá explosiones". Ese era el mensaje que estaba circulando en Chiapas días antes del pasado 15 de septiembre, según nos informó un radioescucha que en una llamada denunciaba el terrorismo del narco, algo que ya había ocurrido en otros puntos del país como Tabasco y Yucatán.

Y la pregunta, claro, era si debía leer o no la llamada. Decidí que no. Aunque el radioescucha es una persona seria que normalmente participa en el espacio, no había ningún elemento para creer que la amenaza era real, y en todo caso, repetir la advertencia al aire era hacerle el juego a quienes habían creado y difundido ese rumor. El programa de Antena Radio se transmite por tres estaciones de Chiapas y comentar el mensaje pudo tener cierto impacto.

Después compartí mis dudas con mis alumnos de periodismo: ¿y si hubiera pasado algo y yo tenía información útil para los radioescuchas?, ¿me habría arrepentido o sentido culpable?

Ahora sabemos que no pasó nada y creo que ante otra situación similar actuaría igual. No toca a los medios dar alertas a la población sino a las autoridades. La información no era verificable y es obvio que cuando los narcos distribuyen esos mensajes son creados para ser multiplicados por los medios o en la promoción de boca en boca en una dinámica que se alimenta del miedo.

Seguro otros medios y otros periodistas han enfrentado dilemas así, tal vez habría que ventilarlos y discutirlos de forma abierta, de esa forma el público tendría mejores elementos para saber cómo es que se procesa la información. ¿O Ustedes qué creen?

3 comentarios:

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

Ética

En tiempos de zozobra y de conflictos como los que vive nuestro país al enfrentar al narco, es claro que todo mundo busca alguna ganancia y exhibir sus trofeos, si la gente puede salir a la calle tranquilamente sin miedo a un atentado, si eso genera tranquilidad del trabajo del gobierno o por el contrario es una prueba más de la irrefutable derrota de las autoridades, más allá de si uno participa de este juego de estrategias al dar lugar a los rumores, lo que considero es lo adecuado, no a toro pasado, sino en el momento en que hay que tomar la decisión no es el difundir una amenaza, que puede o no suceder, sino de advertir a las autoridades correspondientes sobre la difusión de tales advertencias, adecuado el que no se haya difundido, sí, que no sucedió nada no significa que la siguiente vez suceda igual; lo que es pertinente es reportar a las autoridades competentes sobre dicha anomalía.

Los comunicadores no pueden ser agoreros del desastres ni voceros de las desgracias.

.: Quién soy :. dijo...

Creo que hiciste bien porque no pasó nada, pero -como bien tecleas- ¿qué habría pasado si la bomba estallaba?... creo que no opinaríamos lo mismo. Saludos

Rwddael Argonar Nyrennsen dijo...

Realmente una de las armas más poderosas que tienen los narcos y delincuentes es el terror y la intimidación, y como bien lo escribes saben cómo usarlo. Afortunadamente no hubo explosión y nada qué lamentar.

Creo que tu instinto periodístico te alertó sobre la falsa alarma, asimismo cuando haya peligró podrás saberlo.

Felicitaciones Mario, te admio mucho y sé que eres un ejemplo para todos los comunicadores y periodistas.