lunes, octubre 30, 2006

Sobre la cobertura de La Jornada

Desde el otro día quería comentarlo con ustedes. ¿Han notado que el PRD prácticamente ha salido de la primera plana de La Jornada? El dato es interesante pues ahora resulta que si uno quiere saber qué está pasando al interior de ese partido, lo mejor es leer a La Crónica o a Excélsior, que quizá son los dos diarios que más notas dedican a ese partido.

Quizá esté equivocado, pero me da la impresión de que en La Jornada no han logrado replantear ese tema luego del conflicto postelectoral. Al habérsela jugado con AMLO durante y después de la campaña, dejaron a un lado a las voces disidentes que mejor se expresaron en otros espacios como la revista Letras Libres. ¿No será hora de que La Jornada reclame sus fueros y sea el espacio natural para el debate sobre el futuro de la izquierda? Aunque para ello sería necesario permitir la crítica al movimiento de López Obrador. En fin, el tema da para más pero aquí les dejo mi inquietud.

El regreso del Sol Azteca

Luego de la larga noche que inició formalmente el 2 de julio, el PRD está empezando a ver la luz del día. Atrapados en el discurso de su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, los perredistas desperdiciaron casi cuatro meses sin saber qué hacer con el capital ganado en las urnas; mismo que se encargaron de dilapidar como vimos con claridad en el reciente proceso electoral de Tabasco, en el que paradójicamente ganaron perdiendo pues en la tierra de AMLO no sólo perdió Raúl Ojeda, sino un planteamiento estratégico que apostaba por colocar a la resistencia civil como plataforma política para el futuro.

Por fortuna, para los tabasqueños y los mexicanos en general, los electores no avalaron ese discurso y su derrota sirvió como estímulo hacia aquellas voces que tienen planes distintos para el PRD. La vanguardia, sin duda, la encabeza Cuauhtémoc Cárdenas quien desde la campaña marcó su distancia con el discurso pejista, y quien advirtió que serían muchas las voces que harían eco de sus reclamos. Más allá de su contenido concreto, el discurso cardenista creó un campo de legitimidad para aquellos que piensa distinto de AMLO, y que seguían sin expresarse tal vez por temor a ser acusados de traición.

La buena noticia es que conforme han pasado las semanas va cambiando el discurso del PRD como documentan las expresiones de la mayoría de sus gobernadores. Incluso esta misma semana, la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, publicó un artículo en el diario El Universal (26/10), en el que recordó que no es papel de los mandatarios estatales el emitir constancias de mayoría, sino trabajar en los espacios institucionales por el bien de sus gobernados. Explicación que remite al encuentro entre los gobernadores con el Presidente electo en el marco del proyecto México 20-30, y que va dirigida primero al perredismo, antes que a los actores externos. Estrategia que se entiende en la lógica de los gobernantes que saben que más allá de sus militancias, sólo habrá un Presidente con un Secretario de Hacienda capaz de atender sus necesidades presupuestales.
Lo dijo con claridad Amalia, y ya lo han dicho antes – con distintas palabras – Lázaro Cárdenas Batel y Zeferino Torreblanca, gobernadores de Michoacán y Guerrero, respectivamente, que en su oportunidad no han regateado a Felipe Calderón su estatus de Presidente electo; papel que de inmediato también reconoció Juan Sabines, el neoperredista que apenas ayer fue confirmado como futuro mandatario chiapaneco, y que con inteligencia tuvo la visión para separar su proceso postelectoral del movimiento de Andrés Manuel.

Apuesta que, vistos los resultados, le salió bien aunque ahora deje mal parado a Raúl Ojeda, quien tendrá menos elementos para descalificar al Tribunal Electoral si éste termina validando el triunfo de Andrés Granier en Tabasco. Acusar el tribunal mostraría a un partido que sólo reconoce a las instituciones cuando le conceden la razón. Imagen indeseable para una organización que requiere recuperar la confianza de la opinión pública.

Especialmente ahora que parece haber encontrado la ruta para su crecimiento político. Con la presentación de su propuesta legislativa, el PRD – integrante central del Frente Amplio Popular (FAP)– muestra que también es capaz de llevar mano en el debate público. Si bien es cierto que desde hace algunas semanas Felipe Calderón presentó sus propuestas para el Congreso, es digno de aplauso que los perredistas entendieran que la fórmula para no ser “rebasados por la izquierda”, es presentar con bombo y platillo sus propias iniciativas.

Aunque el discurso del FAP tiene elementos desfasados o demagogos - como su rechazo a la inexistente “privatización” de Pemex o su resistencia a reconocer a Calderón- en lo general es positivo que un partido presente sus propuestas, independientemente de si se comparten o no. Más aún cuando vemos que el contenido va acompañado por la disposición, al menos de Carlos Navarrete, su coordinador en el Senado, para sentarse a dialogar con las otras fuerzas políticas.

“Hay quienes piensan que vamos al Congreso a votar contra todo lo que el PAN nos proponga. Esa película ya la vimos en 1988. Esta agenda es una propuesta inicial, podemos pulirla, hacerla más precisa...” Palabras citadas en una nota de Arturo Páramo (Excélsior, 26/10) y que muestran a un Navarrete fiel a la imagen de negociador que le ha acompañado en otros momentos de su carrera y que últimamente parecía atrapado por el discurso del todo o nada, que todavía mantienen algunos de sus compañeros; los mismos que han descalificado tanto a los gobernantes de su partido, como a legisladores -entre ellos a la asambleísta Nancy Cárdenas - que han propuesto trabajar con el gobierno de Calderón.

Es un hecho, los duros no se han ido ni tienen planes de hacerlo; no obstante, cada vez hay más señales de que las cosas se están moviendo al interior de ese partido político, y de que esto es sólo el principio de un largo proceso que llegará a su punto clave durante febrero próximo, cuando el PRD celebre su Congreso Nacional, momento decisivo para su redefinición.

martes, octubre 24, 2006

Lento pero avanza (Sobre el equipo de Calderón y el debate en el PRD

(Artículo publicado en Excélsior el 21 de octubre)
Acostumbrados a la flagelación, los mexicanos solemos entregarnos sin suspicacia al recuento de nuestros males, actitud que contrasta cuando se trata de mirar lo positivo que hemos alcanzado; lamentable tradición que desconfía del optimista, que suele ser tachado de corrupto o por lo menos de ingenuo. Aún así les invito a revisar algunos hechos que muestran que, aunque lento, el país está avanzando en materia política.

Empecemos por mirar a Felipe Calderón, el Presidente electo que en las últimas semanas ha ofrecido algunas pistas de lo que podría ser su gobierno. Por un lado, al rebelar la lista de los coordinadores del proyecto México 2030, entre los que se encuentran el premio Nobel, Mario Molina, y el rector del ITAM, Arturo Fernández, personajes con peso propio, que si bien están lejos de ser secretarios de Estado, muestran a un presidente interesado en tender puentes con sectores ajenos al panismo, elemento congruente con su oferta de construir un gobierno plural.

Pero si ese rasgo es interesante, resulta mucho más significativa la inclusión de Agustín Carstens al primer círculo de Calderón, que en los hechos, es la primera designación en su gabinete. Basta con ver las reacciones que ha generado el nombramiento dentro y fuera del país para ver el tamaño del acierto. La llegada anticipada de Carstens es positiva, en primer lugar, porque se trata de la Secretaría de Hacienda, una de las áreas más sensibles de todo gobierno y a la que no le sirven de nada las especulaciones. A lo que hay que agregar que este nombramiento se entiende por el perfil negociador del ex Subsecretario de Hacienda, cualidad que revela que durante los próximos años se privilegiará a la negociación política – desde esa dependencia - como la vía para sacar adelante la agenda gubernamental.

El movimiento se ve acompañado por la designación de Jorge Alcocer como enlace con el Poder Legislativo, dato que viene a confirmar el mensaje anterior: Calderón está reclutando operadores. Y esa es una buena noticia si entendemos que el principal desafió que tiene el sistema político en su conjunto, es demostrarle a la población que es capaz de llegar a acuerdos.

Con estos elementos es creíble pensar que el futuro gabinete se integrará con esa lógica. Enfoque que contrasta con el que en su momento siguió Vicente Fox, que apostó por contratar a personas capaces – con mayor o menor éxito en cada designación –sin que existiera, al menos de manera evidente, un elemento común entre los elegidos; en este caso, todo indica que estamos ante la integración de un equipo en el que las piezas deberán compartir ciertas capacidades políticas, coordinadas centralmente por Los Pinos, lo que también difiere de la autonomía que Vicente Fox concedió a sus colaboradores. Será el tiempo el que nos diga si el método de Calderón es el más adecuado, pero resulta alentador que exista intencionalidad en los primeros movimientos.

Pero las buenas noticias no se agotan en ese frente pues el propio Partido de la Revolución Democrática sigue dando señales de vida. Luego de la derrota de las elecciones en Tabasco, en el PRD se abrió una ventana de oportunidad para redefinir al partido. Primero, porque el fracaso de Raúl Ojeda es también el fracaso del discurso de confrontación de Andrés Manuel López Obrador. La elección, es cierto, se perdió o se ganó por los candidatos que estaban en la boleta; el problema para AMLO es que él convirtió la disputa en un plebiscito sobre su capital, y para sus efectos, fue López Obrador quien perdió.

Dato que coincide con el inicio de un periodo de tregua electoral pues no será sino hasta mayo del próximo año que se renueve la próxima gubernatura, Yucatán, lo que significa que hay un tiempo para que los actores replanteen sus estrategias sin la presión de las próximas elecciones. En este escenario es que hay que entender las recientes declaraciones de Cuauhtémoc Cárdenas, que propuso fomentar la inversión privada en algunos sectores energéticos, y de Leonel Godoy, senador y ex Presidente del PRD quien declaró que “es necesario que una vez cerrado un ciclo de seis años, se plantee cuál es la ruta que debe seguir el partido”, revisión que pasa por redefinir su estrategia, línea política, programa y declaración de principios. (La Crónica 20/10)

Expresiones acompañadas por las acciones de Nueva Izquierda, la corriente que encabeza Jesús Ortega, que desde diversos foros ha mostrado su disposición a negociar con el nuevo gobierno, tal y como expresó la Asambleísta, Nancy Cárdenas, que propuso reconocer a Calderón como Presidente electo, iniciativa que en su momento le valió reproches partidistas, pero que ahora vez se entiende más como parte de una tendencia que va ganando terreno frente a la estrategia del lopezobradorismo.

Buena noticia para el país, que sumada a la disposición priísta para negociar, y a la apuesta estratégica de Calderón, constituyen los trazos de un escenario que al menos para algunos –entre los que me apunto - resulta prometedor.

macampos@enteratehoy.com.mx / www.enteratehoy.com.mx

jueves, octubre 19, 2006

Despiden a Federico Arreola de Milenio

Es la historia de un despido anunciado. Durante meses, Federico Arreola jugó en el límite y finalmente cayó. Incluso, hace algunas semana publicó que había muchas voces que pedían su cabeza, en lo que parecía ser un mensaje dirigido más a sus jefes que a los propios lectores. No obstante ése y otros textos, Arreola siguió publicando con normalidad...hasta ayer.

La gota que derramó el vaso, según cuenta el propio Arreola, fue su texto del pasado lunes en el que presentó una lista de diversos titulares de prensa sobre la derrota del PRD en Tabasco. El problema es que en la lista de los medios que en su opinión buscan aniquilar a López Obrador, se encontraban cinco menciones a diarios del grupo Multimedios, empresa editora de Milenio.

Como explica el propio Arreola en una carta que envió al diario La Jornada, fue Ciro Gómez Leyva el encargado de informarle de su salida. Como podrán ver en el texto que también reproduce el Sendero del Peje, Arreola está más que molesto con Carlos Marín y con Francisco González, director del diario y Presidente del grupo, respectivamente, a los que incluso amenaza con demandar por daño moral.

El tema está hoy presente en tres columnas de Milenio. En su texto, Ciro Gómez Leyva señala que “Carlos Marín tomó la decisión correcta. Nadie, ni siquiera uno de los fundadores del diario, puede opinar en estas páginas que el periodismo que aquí se produce es miserable, corrupto, sin acompañar sus palabras con pruebas sólidas o con una carta de renuncia.” Y si bien reitera su admiración por el “espíritu liberal y contestatario” de Arreola, también señala que “, él es hoy un hombre de poder. Entiendo, pues, el disgusto, el fastidio, la ira que debe producirle un diario que no está interesado en besarle la mano a López Obrador.”

Por su parte, Joaquín López Dóriga dedica su columna a expresar su solidaridad con Carlos Marín, y le reprocha a Arreola que critique a los periodistas que colaboran en Milenio y en Televisa ( situación que comparten Marín, Gómez Leyva y el propio López Dóriga), lo que refuta recordando que en muchas ocasiones fue el propio Federico quien lo invitó a colaborar en Milenio.

Por último, un trascendido del mismo diario cita a un comunicado emitido por el PRD en el que se solidariza con Arreola y reprueba su salida, la cual explica como un acto de censura dada su conocida cercanía con Andrés Manuel López Obrador.

Luego del proceso electoral del 2 de julio, y especialmente por su desempeño durante el conflicto postelectoral, me imagino que era cada vez más difícil sostener en esa posición a Federico. Por lo pronto, y en lo que se le abre un nuevo espacio, quizá cuente con el Sendero del Peje para mantenerse vivo. Seguiremos atentos a este conflicto.

lunes, octubre 16, 2006

Elecciones en Tabasco

¿Cómo leer los resultados de ayer en Tabasco? ¿Quién pierde y quién gana? Aquí mi opinión al respecto, tomado de mi comentario semanal con Martín Espinoza en Reporte 98.5

México 2030 (Sobre la propuesta de Felipe Calderón)

(Artículo publicado en Excélsior el 14 de octubre)

Al presentar su propuesta para definir al México del 2030, Felipe Calderón va en contra de la clase política, la cultura nacional, y una de las características de nuestro tiempo: la inmediatez. Convencido de la necesidad de superar la dinámica que nos mantiene atrapados en las coyunturas, el Presidente electo ha lanzado un llamado para que definamos los pasos a seguir durante las próximas cuatro administraciones, con el fin de lograr mayores niveles de desarrollo.

Sin demérito de las reacciones positivas que ha cosechado, es pertinente contener el optimismo ante factores que ponen en riesgo la iniciativa. En primer lugar, la mezquindad de políticos y algunos analistas, incapaces de pensar más allá de lo inmediato. Acostumbrados a enfocar sus esfuerzos en la constante lucha por el poder, sufren al pensar que pudiera existir una agenda común que establezca límites para el debate político.

Con ese enfoque, no faltó el columnista que leyera en la idea de Calderón, un discurso encubierto a favor de la permanencia del PAN en el poder. Como si nuestra realidad fuera la única posible, se niegan a reconocer otras historias de éxito, como la española, que ha mostrado que la continuidad de ciertas políticas más allá de las diferencias partidistas, es un elemento clave para el crecimiento de un país. Sin embargo, algunos se mantienen empeñados en poner el acento en nuestras diferencias, sin reconocer incluso, que en el propio caso mexicano ya hay algunos excepcionales ejemplos en este sentido. Ahí están los resultados en la política macroeconómica y en el combate a la pobreza extrema, áreas en las que hay resultados tangibles gracias al seguimiento que el foxismo dio de iniciativas planteadas durante la administración de Ernesto Zedillo.

Reconocer, por ejemplo, los aciertos en materia de promoción de la vivienda durante los últimos seis años, sería otro punto de partida. Lo trágico es que estos reconocimientos van en contra de una tradición política que se sintetiza en la idea de que todo lo pasado estaba mal, y que serán los nuevos los portadores de las soluciones, creencia que se manifiesta en gestos ridículos, como cuando la primera acción de los nuevos gobernantes es rebautizar los programas de sus antecesores.

Construir diagnósticos compartidos puede ser el inicio para llegar a soluciones conjuntas. No se trata de negar al conflicto que nace con las naturales diferencias que existen entre los partidos. La pluralidad es útil para un país, pero no cuando se entiende como incapacidad para establecer acuerdos en ciertos temas, sin que se generen de inmediato sospechas de malos arreglos.

Pero esta es sólo una parte del problema. Educados en el corto plazo, los mexicanos carecemos de herramientas de planeación que nos permitan entender la vida como un proyecto de largo aliento. Pensemos, como un simple ejercicio, en cuántas personas conocemos que tienen claro qué quieren hacer de sus vidas para los próximos cinco o quince años. Es verdad que la incapacidad para vernos a futuro se explica en parte por la precariedad. Muchos no mienten al decir que viven al día. Pero esa actitud se extiende a sectores que podrían contar una historia diferente. Mírese como ejemplo al poco ahorro que solemos tener, derivado de nuestra inexistente planeación que a nivel nacional se expresa, entre otras cosas, en la permanente amenaza de la crisis de pensiones.

Sin políticos dispuestos ni ciudadanos interesados, parece imposible la tarea. Más aún cuando vemos que el cambio más significativo de las últimas décadas a nivel mundial, quizá sea el que pasa por nuestra relación con el tiempo. Si bien resulta obvio la disminución que ha tenido el mundo físico en muchos campos – pensemos en el tamaño de las computadoras – es menos evidente, si me permiten la expresión, el “encogimiento” que ha tenido el tiempo.

Con la llegada del tiempo real a nuestras vidas gracias a la tecnología, los seres humanos hemos perdido notoriamente la paciencia. Se padece en la espera al teléfono, en el restaurante y en general en cualquier otra actividad que nos demanda tiempo, activo que no estamos dispuestos a perder. Como estampa del fenómeno, hace unos días me hablaban de la desesperación de unos bebes de dos años, que impacientes lloraban mientras se regresaba un video VHS, acostumbrados como están a la velocidad de un DVD que se reinicia en segundos.

Quizá por ello algunos sociólogos consideran que con los cambios que hemos vivido, ahora todos mostramos permanentemente la impaciencia de los niños. Fenómeno que en este caso se traduce en ciudadanos que demandan soluciones inmediatas, renuentes a tener que esperar para ver resultados; veneno puro para quien invita a pensar en el 2030.

A pesar de lo anterior, o precisamente por ello, es que resulta pertinente la propuesta de Felipe Calderón, pues aunque políticos y ciudadanos lo ignoremos, el futuro estará ahí, esperándonos con su carga de problemas o con los frutos que cultivemos durante los próximos cuatro sexenios. La invitación está abierta: démonos, al menos, un tiempo para pensarla.

macampos@enteratehoy.com.mx

jueves, octubre 12, 2006

Tiempo de Ayudar. Te invito a sumarte a esta campaña de Movimiento Azteca

Conozco al menos a una de las fundaciones que será beneficiada con lo que se recaude y créanme que es una causa que merece ser apoyada. Se trata de la Fundación Daya de la que ya les había contado alguna vez. Cuento con ustedes. Mario Campos.

miércoles, octubre 11, 2006

La novela de Andrés Manuel (O de las elecciones en Tabasco)

Un político profesional puede tener una buena o mala imagen y vivir así. Lo que no puede tolerar es ser irrelevante y eso es lo que hoy le está pasando a Andrés Manuel López Obrador. Luego de ser protagonista en la vida política mexicana, actualmente el ex candidato presidencial se parece cada vez más a una figura marginal. Y es que el tabasqueño ahora está viviendo la parte dura de lo que antes disfrutó: el poder de los medios de comunicación en la política actual.

Mientras López Obrador fue Jefe de Gobierno contó con los recursos económicos y de valor informativo que le permitieron colocarse en las primeras planas y planos de los servicios de información; como candidato presidencial, se consolidó como un referente obligado; y así se mantuvo durante el conflicto postelectoral hasta que diversos hechos jurídicos y políticos – como el fallo del Tribunal Electoral y el fin de su plantón – le fueron restando atractivo.

Es cierto que este proceso no ha estado libre de intereses pues hemos sido testigos de cómo diversos medios han asumido posiciones editoriales en torno al ex candidato presidencial; posturas que han ido desde el retiro de un reportero fijo – como ha ocurrido con Televisa – hasta las críticas abiertas de directivos que consideran que ha llegado el momento de asumir definiciones políticas como en su momento hiciera el diario El Universal. No obstante, sería un grave error pensar que sólo por la decisión de los medios ha dejado de ser referente.

Andrés Manuel hoy no es noticia porque ha sido incapaz de adaptar su estrategia a las nuevas condiciones políticas. Miremos al Congreso, por ejemplo, para entender qué ha pasado. Mientras el tabasqueño sigue descalificando al PAN y al PRI, los diputados y senadores de su partido han votado de la mano de esos mismos personajes. Los casos más notables han sido las votaciones para aprobar el reparto de comisiones, así como las declaraciones de su diputado coordinador, Javier González Garza, que en una muestra de sensatez ha reconocido que si encuentra coincidencias con las propuestas de Felipe Calderón las avalará en la Cámara.

Pero sin duda, el golpe más duro para López Obrador proviene de su propia tierra, Tabasco, en donde se renovará la gubernatura el próximo 15 de octubre. El caso es particularmente llamativo pues es la última carta de Andrés Manuel y él lo sabe. Por ello, en un mensaje grabado por el cineasta Luis Mandoki ha dicho a sus paisanos que “si nos derrotan el 15 de octubre nuestros adversarios van a hacer toda una campaña propagandística por todo el país, vociferando que ya no represento nada ni siquiera en mi estado natal.”

Discurso que suena muy duro si miramos a las encuestas que parecen pronosticar la derrota del perredista Raúl Ojeda, a manos del priista Andrés Granier. Hasta el momento, los últimos datos disponibles de cuatro empresas encuestadoras - El Universal, Reforma, GEA y Demotécnia- apuntan a una diferencia de más de 8 puntos, cifra que pareciera encontrar eco en las últimas expresiones del PRD local y nacional que comienzan a hablar de un potencial fraude, en lo que pareciera ser una justificación anticipada de un eventual fracaso. Y de ser el caso, quizá tendríamos que mirar a López Obrador como la posible explicación del resultado.

Si bien el ex candidato tiene el mérito innegable de haber construido al PRD en la entidad, y de ser un actor muy querido según se vio el pasado 2 de julio en el que obtuvo una victoria contundente, ahora hay elementos que permiten pensar que el propio López Obrador puede ser un factor en contra. De ahí que mientras López Obrador coloca a Tabasco como la potencial nueva cuna de su movimiento de resistencia, Raúl Ojeda señala que en caso de ganar tratará en términos institucionales con el Presidente electo, Felipe Calderón, a sabiendas de que sus paisanos prefieren a un gobernador que se mueva dentro de la legalidad y no un a caudillo opositor que aleje a los recursos que administra la federación.

Agobiado por este panorama, AMLO parece que incluso ha visto alterado su talento como político y ahora peligrosamente se acerca a los argumentos de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, la temida APPO, como para encontrar una nueva causa que lo regrese a los primeros planos y que podría ser uno de los últimos grandes capítulos en la novela del otrora “indestructible”, Andrés Manuel.

Por ahora habrá que estar atentos a lo que ocurra el próximo domingo en Tabasco, en una elección que seguramente tendrá repercusiones a nivel nacional, ya sea porque se convierta en una especie de tumba política para AMLO o porque nazca un nuevo foco de resistencia en el país. Ya veremos.

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martes, octubre 10, 2006

Abran las puertas

(Artículo publicado en Excélsior el 7 de octubre)

“Son chingaderas”, palabras más palabras menos, fue la expresión que utilizó el diputado panista y presidente de la Cámara, Jorge Zermeño, cuando algunos de los coordinadores parlamentarios le avisaron que abandonarían la comparecencia de Ana Teresa Aranda, Secretaria de Desarrollo Social. La expresión por si sola no es para escandalizarse pues no sería extraño que algunos de lo que se dieron por ofendidos, en sus conversaciones cotidianas recurran a palabras similares. El problema está en que el dicho del diputado forma parte de otras frases desafortunadas, que esta semana mostraron el perfil de nuestra clase política.

Apenas el martes pasado el senador perredista Leonel Godoy declaraba a los reporteros, que “al PAN le gusta bajarse los pantalones con el PRI". Peculiar fórmula que encontró el también ex dirigente nacional del PRD para criticar el reparto de las comisiones en la Cámara alta, más extraño aun cuando vemos que su propia bancada votó a favor de esa distribución. Y finalmente – pues el desfile podría continuar – vale la pena citar al coordinador de los legisladores priístas, Emilio Gamboa, quien según algunas crónicas periodísticas recibió a Ana Teresa Aranda con un "Dice Samuel Aguilar que no quiere venir a saludarte para que no le pegues los piojos". Recado que como recurso para romper el hielo con la Secretaria, resulta de dudosa efectividad.

Las tres estampas recién citadas nos dan una idea del porqué del distanciamiento de la ciudadanía en torno a la política. El problema pasa, sin duda, por el tema de las formas. Más allá del uso de malas palabras lo que se hace evidente es el bajo nivel de interlocución que mantienen entre ellos los actores políticos, fenómeno que se agudiza cuando miramos al contenido de sus discusiones, defecto del que también somos partícipes los que laboramos en los medios.

Sin ir más lejos, esta semana vimos cómo algunos diarios dedicaron sus ocho columnas a cuestionar la expresión del Secretario de Gobernación, Carlos Abascal, que en un intento de ironía señaló que no sería por dios, que habrá represión en Oaxaca. Especular sobre la intención del Secretario carece de utilidad, sin embargo está claro que en cualquier de sus posibles sentidos, está lejos de ser un asunto que cambie el rumbo del país.

Ante este panorama se antoja abrir puertas y ventanas para refrescar el ambiente y con ello renovar la agenda pública nacional. Es cierto que la política clásica que gira en torno a los actores y temas ya conocidos, sigue siendo indispensable. Ahí está, por ejemplo, el conflicto de Oaxaca como muestra de que aún no hemos acabado con los temas del pasado. Tratar de entender lo que ocurre en esa entidad sin remitirnos a la corrupción, y al más anacrónico clientelismo político que termina generando estos Frankenstein, sería un error.

No obstante deberíamos de ser capaces de abrir varios frentes de manera simultánea, de tal forma que al mismo tiempo que revisemos qué hacemos con asuntos como la ausencia de democracia en los sindicatos - por mencionar sólo un asunto pendiente- tengamos la habilidad para recibir nuevos temas.

Imaginemos por un momento que la próxima marcha en la Ciudad de México tuviera como causa, el derecho de los mexicanos a realizarse un examen genético que les permita conocer cuáles son las enfermedades para las que tienen predisposición. El asunto me sigue sonando a ciencia ficción pero es ya una realidad. Como señala el programa de audio de esta semana de la revista Newsweek, cada vez son más las mujeres que en los Estados Unidos se realizan una prueba para detectar su proclividad al cáncer de mama, lo que ha dado pie en casos extremos a la realización de operaciones preventivas, es decir, antes de que manifieste la enfermedad.

Quizá el tema nos suene muy alejado de nuestra realidad pero pensemos las implicaciones que tendrá este hecho en el futuro inmediato. Entre otros, ya hay un incipiente debate con las aseguradoras que gozosas pagarían por conocer los riesgos a la salud que tendría un potencial cliente, lo que les permitiría apostar con más elementos a la hora de calcular sus primas.

Y eso es sólo el inicio de una discusión que puede llevarnos a evaluar la pertinencia de políticas públicas que hagan accesible este tipo de recursos a la mayor cantidad de población posible, para evitar que crezca la brecha en materia de salud entre quienes cuentan con más y menos recursos económicos, ya sea que se trate de países o de los habitantes dentro de una misma nación.

¿Llegará el día en que veamos a nuestros líderes sociales y políticos pelear por este tipo de banderas? Visto su actual desempeño no hay muchas razones para el optimismo, así que por ahora no nos queda a los ciudadanos más que empezar a abrir nuestros horizontes para identificar los temas que deberían formar parte de una nueva agenda política. Que empiece la búsqueda. Abramos puertas y ventanas.

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martes, octubre 03, 2006

El debut de Calderón (Sobre la gira por América Latina)

La gira que realizará Felipe Calderón por Latinoamérica a partir del lunes 2 de octubre y hasta el próximo día seis será en la práctica el inicio anticipado de su gobierno y su primera prueba de fuego. Durante esas jornadas – primeras de alto nivel que dependerán de su equipo de trabajo - el presidente electo empezará a mostrar cuál su proyecto y sabremos qué podremos esperar para los próximos años en materia de política exterior, sin duda una de las áreas mas criticadas en el gobierno saliente de Vicente Fox.

Quizá por eso y para empezar a marcar las diferencias, es que el presidente electo eligió viajar al sur antes que al norte y por ello inicia su recorrido por Guatemala, país con el que tenemos no sólo una frontera común sino una larga lista de problemas compartidos, los cuales, según se ha dicho, se abordarán entre ambos gobiernos, el actual de aquél país y el que vendrá en el nuestro para definir diversas acciones de cooperación.

Luego de esa visita, Felipe Calderón viajará hacia Costa Rica en donde celebrará un encuentro con diversos mandatarios centroamericanos. (En cambio de última hora se incluyeron visitas a otros países) Y de Centroamérica a la América del Sur empezando por Colombia para sostener una reunión con el presidente recién reelecto, Álvaro Uribe, con el fin de intercambiar información en materia de seguridad y combate al narcotráfico, áreas centrales en las agendas de ambos países.

Para concluir, tiene planeados dos encuentros con mandatarios provenientes de partidos de izquierda como son Michelle Bachelet, la presidenta de Chile, y Luis Ignacio Lula Da Silva, de Brasil, quien va en busca de un segundo mandato en su país.

La gira es también importante porque permitirá ver cómo se desenvuelve el próximo presidente mexicano en un entorno internacional marcado por la polarización. Para algunos por el enfrentamiento entre diferentes modelos económicos pues ven a un continente dividido entre la derecha y la izquierda, pero para otros, marcado en realidad por el activismo de personajes como el presidente venezolano, Hugo Chávez, que mantiene abiertos varios frentes de manera simultánea, y que al mismo tiempo que desconoce el triunfo de Felipe Calderón en México, asegura que se realizó un fraude en contra de su aliado Ollanta Humala en Perú, con tal de imponer al actual mandatario, Alan García.

Todo como parte de las luchas geopolíticas en las que el nuevo gobierno deberá desenvolverse.

En los siguientes días, Felipe Calderón deberá definir cuál será la estrategia de su gobierno para mantener a Centroamérica como una zona de influencia clave, al mismo tiempo que construya los vínculos que nos acerquen a los gobiernos de América del Sur más allá de si sus políticas económicas están a la derecha como en Colombia o a la izquierda como en Brasil y Chile.

Conocer el estilo personal y las prioridades del próximo presidente, deberán ser algunos de los saldos de la gira que inicia en unos días. Gira que estará también marcada por las posiciones de Hugo Chávez, el futuro de la Cuba de Fidel Castro y la relación con el gobierno de los Estados Unidos, temas que aunque no estén escritos en la agenda, seguramente estarán también presentes.

Finalmente, el recorrido servirá para redefinir la relación entre los mandatarios mexicanos con la prensa. Si bien Vicente Fox cometió errores que dieron material a los enviados mexicanos durante sus diferentes giras internacionales, lo cierto es que se creó una lamentable dinámica en la que las anécdotas desplazaban sistemáticamente a la información de fondo. La primer gira de Calderón es también una oportunidad para que los ojos de los periodistas y la opinión pública vuelvan a lo fundamental.
Ojalá todos sepamos aprovecharla.

lunes, octubre 02, 2006

El espectáculo político (de las estrategias de los partidos políticos)

(Artículo publicado en Excélsior el 30 de septiembre)

Como espectadores de un encuentro deportivo, los mexicanos somos testigos de la guerra de estrategias que día a día llevan a cabo diversos actores, siempre con la mira puesta en obtener, retener o ampliar su poder, trilogía básica de la lucha política. Y en esas batallas cada quien despliega el que considera es su mejor juego.

Para el equipo de Felipe Calderón, por ejemplo, el nombre del planteamiento es “pasemos la página”. Convencido de que el tiempo es su mejor aliado, el Presidente electo apuesta por la necia normalidad. Y frente a aquellas voces que aún hablan del conflicto postelectoral, responde con la imagen de un proceso de sucesión en marcha. En esa lógica, es que desde la oficina de Felipe Calderón deben celebrar el crecimiento del deporte sexenal de las quinielas. Cada vez que un medio especula con los nombres del futuro gabinete, en el cuartel panista deben sonreír pues al menos en este caso la cultura política también juega a favor de las instituciones.

Y en ese mismo sentido es que se presenta la primera gira internacional del Presidente electo. Durante el recorrido que hará desde el próximo lunes hasta el viernes, Calderón tratará de utilizar el frente externo como un arma interna; y si en México hay quienes le regatean su estatus, en el extranjero no habrá quien dentro del protocolo le ponga mala cara al Presidente electo de México.

Felipe Calderón visitará Guatemala, Costa Rica, Colombia, Chile y Brasil. Con la intención de empezar a construir puentes pero también para mandar mensajes hacia el interior, sobre todo cuando el “espurio” sea recibido por los gobiernos de izquierda de Bachelette y de Luis Ignacio Lula Da Silva, con quienes gustoso se tomará la foto para demostrar que el rebase por la izquierda no sólo se intentará dentro de nuestras fronteras. Pero sin duda, uno de los movimientos más importantes desde el 2 de julio ha sido la presentación de su agenda legislativa, que aunque fue minimizado por sus interlocutores en el Congreso, en los medios encontró cobijo como dejaron de manifiesto los muchos titulares de prensa dedicados a las propuestas del futuro Presidente. Visto así el panorama, la estrategia de Calderón –aunque lenta - va caminando.

Se trata de malas noticias para el Partido de la Revolución Democrática y Andrés Manuel López Obrador, cuya apuesta es exactamente la contraria. Si el PAN necesita de la normalidad, en el PRD requieren de lo extraordinario, de la irrupción y de lo discontinuo. Todo, porque el nombre del juego perredista es “no pasarán”. Para los estrategas perredistas la palabra clave es no. Por eso, amenazaron al Presidente Fox con impedir su asistencia al Senado para la entrega de la medalla Belisario Domínguez; por eso irrumpieron hace unos días en sucursales de Wall Mart, y precisamente por ello, intentaron clausurar simbólicamente la oficina de Felipe Calderón, como para mostrar que no habrá manera en que pueda gobernar.

El objetivo es impedir que las cosas fluyan. No obstante la estrategia no parece ser la mejor pues no es fácil ir contra la corriente. Ahí están para demostrarlo las declaraciones de Raúl Ojeda, candidato perredista al gobierno de Tabasco que apuñaló a Andrés Manuel López Obrador al declarar que en caso de ganar, tratará institucionalmente con el Presidente Felipe Calderón. Ojeda no es un traidor pero tampoco un suicida, y sabe que si quiere remontar los puntos que tiene de desventaja, necesita transmitir confianza a los electores y no proyectar la imagen de un potencial gobernador que negociará sus presupuestos con el Secretario de Hacienda del “presidente legítimo”.

La actuación de Raúl Ojeda debió ser una señal muy evidente de que algo está mal en la estrategia, pues exhibió que el actual discurso no sirve para acercarse al poder, y eso, es letal para un partido político que aspira a seguir siéndolo.

Peor aún cuando el Sol Azteca ve como es rebasado por el gran perdedor del pasado 2 de julio: el PRI. Fieles a si mismos, los priistas están demostrando que saben leer la coyuntura y que si se trata de ejercer el poder – mucho o poco – ellos pueden ser los titulares de la cátedra. Concientes de la debilidad del PAN y del lastre que viene cargando el PRD, están exhibiendo un pragmatismo que para muchos puede ser cínico pero que en términos estrictamente de eficiencia política, no podía ser mejor. Ahí está su ganancia en las comisiones del Congreso como muestra de su efectividad.

¿Y en medio de todos estos juegos cómo nos va a los espectadores? Aún es muy pronto para hacer balances pero no está mal que el sistema en su conjunto reconozca más a los que van por el sí, que a los que apuestan por el inmovilismo. Con el discurso actual del PRD y sus aliados sindicales, quizá puedan retener a sus simpatizantes. No obstante, llegará el momento en el que entiendan que si lograron crecer tanto en la última elección, se debió a que presentaron una oferta atractiva para los electores usualmente ajenos al Sol Azteca. Cuando entiendan que la batalla es por las mejores propuesta y por colgarse las medallas, empezarán a ganar aplausos del público y con ello todos saldremos ganando. Por lo pronto, que siga el espectáculo.

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