viernes, septiembre 09, 2011

Todos contra las redes sociales

Las redes sociales se han convertido en una de las principales preocupaciones en las agendas gubernamentales. Lo fueron en Egipto en donde el gobierno incluso bajo el switch de internet para tratar de frenar la organización de la protesta política; lo fueron en Inglaterra en donde el primer ministro David Cameron señaló a esas plataformas como herramientas para la organización de actos vandálicos y lo son en México en donde en opinión de algunos se han usado como armas de propaganda y desinformación por parte del crimen organizado.

Prueba de ello son la persecusión en Veracruz de dos usuarios -uno de twitter y otra de Facebook- a los que acusa de terrorismo y sabotaje por haber reportado supuestos hechos de violencia, y en Tabasco en donde recién aprobaron una reforma al código penal que castiga hasta con cárcel a quienes difundan rumores que en opinión de las autoridades pongan en riesgo la seguridad del estado y sus habitantes.

Más allá de nuestra simpatía por estos espacios es posible entender la animadversión gubernamental. Por un lado porque es obvio que una sociedad más articulada y mejor comunicada entre sí es incómoda, particularmente para los regímenes autoritarios. Por el otro, porque es natural que desde el poder se critique el uso de twitter o facebook para organizar saqueos o para generar temor entre la población. Pero siendo legítimas esas críticas el error es la forma en que se está abordando el problema.

Porque si lo que se quiere es evitar que los
Ciudadanos se organicen para protestar, la solución no es impedir que dialoguen entre ellos a través de las redes sino atender las causas de la protesta social. Lo que proponen al vulnerar la
Privacidad de las comunicaciones es como si ante una crítica al gobierno por el desempleo, en vez de buscar alternativas económicas, se
prohibiera la impresión de periódicos para evitar la difusión de la inconformidad.

Y lo mismo está pasando en nuestro país. Si bien hay evidencia de que el crimen organizado usa los medios -nuevos o tradicionales- para sembrar miedo y condicionar nuestra conducta al difundir supuestos toques de queda, amenazas de violencia, o presuntos enfrentamientos, la solución no está en castigar a quien difunda esta información por las redes sociales, ya sea que lo reportado al final resulte cierto o falso.

Primero porque técnicamente no hay manera de rastrear todos los mensajes, detectar con precisión su origen y sancionar a todos los que compartan esa información con sus amigos o seguidores en las redes. Segundo porque la gran mayoría que hace circular esa información lo hace de buena fe, con el mejor ánimo de compartir datos que cree son útiles para sus contactos, ya sea un bloqueo, una balacera o una amenaza. Los gobiernos no pueden castigar a los ciudadanos por protegerse entre ellos.

En todo caso si lo que les importa es el interés público la prioridad debería ser evitar las condiciones que hacen creíbles esos rumores. ¿Por qué se difunde la existencia de una supuesta balacera? Pues porque ha ocurrido antes y los usuarios creen que es probable que se vuelva a presentar. La tarea del gobierno es darnos la seguridad de tal forma que sepamos que eso que nos están diciendo no puede estar ocurriendo.

Y en el caso -tristemente probable- de que no pueda garantizar esa condición, entonces debería constituirse como una fiable fuente de información. Si la gente encuentra en las autoridades las respuestas a sus inquietudes, entonces no andará buscando información en fuentes de dudoso origen.

Lo que necesitamos son más actores en las redes sociales, no menos. Y en la medida en que los gobiernos lo entiendan lo podrán asimilar. De lo contrario seguiràn en una guerra contra las redes sociales que tecnológica, cultural y políticamente desde ahora tienen perdida

Twitter.com/macamposc

3 comentarios:

krizar dijo...

Pues el gobierno podría poner su propia cuenta de TW o FB por estado, donde el mismo informe de los que esta pasando, de esta manera se tendría una fuente fiable de donde los Usuarios tengan la información a la mano y la cual puedan dar RT, de este modo se podría contra atacar los falsos rumores de echos

María BlancaNieves dijo...

Contundente artículo. Si bien es cierto que el crecimiento en el uso de las redes sociales ha rebasado cualquier expectativa, también lo es el que se han convertido en un arma poderosa y en cuyos espacios la noticia se propaga a una velocidad impresionante con sólo dar un “Retweet” o en su defecto, “alzar el dedo gordo” de me gusta en el facebook.
Hay de todo en estos medios, personas serias y objetivas, así como personas irresponsables que, llevadas por un falso rumor, puede desatar el pánico entre sus seguidores. Lo primero que debe hacerse al recibir una noticia de impacto, es verificar la fuente y no correr despavoridos gritando lo que se escuchó a medias.

Por otro lado, es importante hacer memoria y remontarse al tiempo en que Felipe Calderón estaba de campaña por la candidatura a la presidencia. Si no mal recuerdo, él se comprometió a promover la libertad de expresión, sus palabras exactas fueron: “Yo vengo a pelear contra un gobierno donde el que sacaba la cabeza, casi, casi se la cortaban, donde el que abría la boca se la rompían. Estoy acostumbrado a vivir y a luchar por la libertad de expresión y no llegamos aquí pa´cancelarla”. Ahora me pregunto, qué diría al respecto por ejemplo, Carmen Aristegui, José Gutiérrez Vivo, Francisco Rodríguez, entre otros. También aseguró el no solicitar la pensión de ex Presidente. Que estaba a favor de desaparecer el fuero constitucional de los funcionarios públicos, y por si fuera poco, también levantó una demanda de juicio político contra el gobernador de Puebla Mario Marín y tiempo después, ya con la banda presidencial Felipe Calderón se hizo acompañar por el mismo Mario Marín -casi de la mano- a muchos eventos políticos. La cuestión es: ¿Hasta dónde las falsas promesas para ganar los votos? ¿Hasta cuando la impunidad? ¿Por qué incomoda al gobierno la voz del pueblo?

Nos falta mucho para lograr salir adelante, sin embargo, estamos atorados por la demagogia, la tiranía, la impunidad, la ignorancia y el conformismo en muchos casos. Qué nos queda, sino hablar a través de espacios y redes sociales expresando seriamente nuestra inconformidad y el gran interés por rescatar éste México nuestro.

Un fuerte abrazo.
María BlancaNieves Covalles

Edgar D. Heredia Sánchez dijo...

interesante y polémico tema, creo que más allá de las ventajas de desventajas que este canal de comunicación, información e interacción representa, habrá que sí defenderlas, pero al mismo tiempo sopesarlas y ver las críticas y límites o extralímites que ello supone, es necesario un uso más responsable de la libertad de expresión por todos los actores sociales, al respecto Raymundo Rivapalacio el lunes pasado 7 de septiembre escribió una muy buena nota sobre el tema Veracruz y pone sobre la mesa el reto de encontrar un justo medio en este anecdotario de sucesos continuos y muchas veces poco reflexionados.